El Parlamento soviético decide hoy sobre el alza de los precios

El Sóviet Supremo (Parlamento) de la URSS decidirá hoy si da luz verde a una subida de los precios al por menor del 60% con la que el Gobierno pretende estabilizar el mercado y poner las bases de la reforma económica. El proyecto de incremento de los precios, que supondrá un duro golpe para los ciudadanos de a pie, fue defendido por el jefe del Gobierno, Valentin Pávlov, en la primera sesión parlamentaria tras un descanso de un mes.La lista de temas pendientes de resolución acumulados por el Parlamento de la URSS es enorme. Incluye 45 temas distintos que van desde la Ley de los Principios de la Actividad Empresarial y la privatización hasta la concepción de la reforma militar y la ley que regula las salidas de la URSS. Una lista de 16 temas, que deben abordarse durante febrero y marzo, trata de establecer un mínimo orden de prioridades en el trabajo parlamentarío. En la lista está una "segunda lectura" de la Ley que regula las salidas de la URSS, la ley de los órganos de seguridad del Estado y la ratificación de los tratados internacionales. La reforma militar no está en esta primera tanda de cuestiones.

El Parlamento soviético ha reanudado sus sesiones mientras los sectores conservadores cobran fuerza en detrimento de los radicales y se agudizan los problemas económicos e interétnicos. Ayer por la tarde, el Sóviet Supremo dedicaba una sesión cerrada a debatir la situación en Osetia del Sur, el territorio de Georgia que sufre hoy un duro bloqueo por parte de las autoridades de Tbilisi. En Georgia, contingentes militares soviéticos se apoderaron ayer de madrugada de una base perteneciente a la formación armada georgiana Mjedrioni (Jinetes) en la ciudad -de Rustavi. Los Mjedrioni, drigidos por el profesor Djaba loseliani, se oponen a la política del líder de Georgia, Sviat Gamsajurdia. La línea de este dirigente es contestada también desde la república autónoma de Abjasia, cuyos líderes han protestado por el nombramiento de prefectos directamente desde Tbilisi, en sustitución del sistema de sóviets vigente en el territorio soviético.

En este contexto de creciente desintegración del Estado, el Kremlin parece firmemente decidido a sacar adelante el referéndum del 17 de marzo, en el que se preguntará a los ciudadanos si quieren seguir viviendo en un Estado único. Anatoli Lukianov, presidente del Sóviet Supremo de la URSS, manifestó ayer que este tema será examinado probablemente hoy por el Parlamento de la URSS.

Poder paralelo

El Sóviet Supremo ha presentado un proyecto para organizar el referéndum en el que trata de de marginar a los órganos de poder legal de las repúblicas contrarias a la consulta. Según el proyecto, los soviets municipales y de barrio, los colectivos laborales y las aosociaciones sociales en las empresas tienen derecho a organizar el referéndum en los lugares de trabajo. Esto equivale a crear un poder paralelo que se atribuye las funciones reservadas a los órganos de poder legítimo.En las empresas donde se creen estas comisiones podrán votar otras personas que no trabajen en ellas, con el simple requisito de apuntar su nombre y dirección en una lista paralela. El proyecto contempla además "medidas suplementarias" para que el reférendum -rechazado por cinco repúblicas de la URSS hasta ahora- se lleve a cabo en todo el territorio de la URSS.

El proyecto prohíbe, además, la inclusión de preguntas adicionales en las papeletas electorales En la práctica, esto privaría a la Federación Rusa, la, mayor república soviética, de la posibilidad de preguntar sobre la introducción de la institución presidencial en Rusia.

Valentín Pavlov, jefe del Gobierno, manifestó ayer que un 80% de la subida de precios, que se distribuye de forma desigual según el tipo de mercancias, será compensado. Las repúblicas soviéticas tendrán derecho, dentro de ciertos márgenes, a fijar sus propios precios sobre la carne, la leche, la harina, el té, el azúcar, la ropa y objetos de consumo infantil.

Los precios del café, tejidos sintéticos, combustibles, energía eléctrica, leña, carbón y vodka no se alterarán, según manifestó Pavlov.