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Irak y Kuwait, un mes bajo las bombas

La coalición ha machacado por aire a las fuerzas de Sadam Husein para facilitar la ofensiva terrestre

El 17 de enero de 1991, jueves, a las 0.40, hora peninsular española, y tras haber expirado el ultimátum de la ONU al presidente de Irak, Sadam Husein, para la retirada de sus tropas de Kuwait, la fuerza multinacional dirigida por Estados Unidos atacó objetivos en Irak y Kuwait. Comenzó así una guerra que un mes después ha causado probablemente miles de víctimas (el hecho más horrible, el 13 de febrero, se saldó con unos 400 iraquíes muertos tras el bombardeo de un refugio en Bagdad por aviones de EE UU), la destrucción de obras civiles y daños ecológicos en el golfo Pérsico por el vertido de millones de litros de petróleo. En las acciones militares, el lanzamiento de 65 misiles Scud iraquíes contra Israel y Arabla Saudí, la batalla terrestre de la ciudad saudí de Jafyi y las 73.000 salidas de la aviación de la alianza son lo más destacable, a la espera de una eventual ofensiva terrestre de la coalición para recuperar el emirato.

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En el ataque que inicia la guerra el 17 de enero participan fuerzas de Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudí y Kuwait. La liberación de Kuwait ha comenzado, afirman en Washington. A las 4.15, Sadam Husein anuncia por Radio Bagdad que "el pueblo iraquí vencerá a los infieles y a sus aliados".El 18 de enero, a las 0.30, las sirenas comienzan a sonar en Tel Aviv y en Haifa. Ocho misiles iraquíes alcanzan edificios de estas ciudades, aunque sin causar muertos. Al día siguiente, Israel recibe misiles Patriot y técnicos militares de Estados Unidos para interceptar los misiles Scud iraquíes en un intento de Washington de evitar la participación israelí en la guerra del Golfo.

El 20 de enero, aviones de combate estadounidenses con base en Turquía participan activamente en los bombardeos contra objetivos militares en el norte de Irak y en la destrucción de las rampas de lanzamiento de los misiles Scud. Irak lanza un ataque con misiles Scud por primera vez contra Arabla Saudí.

El 22 de enero, Irak vuela pozos petrolíferos kuwaitíes en una acción destinada a impedir su eventual utilización por los aliados. La frontera entre Kuwait y Arabia Saudí vive ya las primeras escaramuzas entre fuerzas terrestres. El jefe del Estado Mayor estadounidense, Colin Powell, asegura que se han destruido los dos únicos reactores nucleares iraquíes y 61 de los 66 aeropuertos enemigos.

El 25 de enero, EE UU denuncia que Irak está bombeando millones de litros de crudo" de los pozos de Kuwait al Golfo para dificultar el inevitable desembarco de las fuerzas aliadas. Irak, sin embargo, culpa a la aviación estadounidense.

El 26 de enero, siete cazabombarderos iraquíes (24, según el Pentágono) aterrizan en Irán, hecho que podría tratarse de un aterrizaje forzoso o de una deserción. Al día siguiente, aviones de combate F- 111 norteamericanos lanzan bombas sobre oleoductos de la isla del Mar, en el puerto kuwaití de Al Ahmadi, para cortar la marea negra, que alcanza las dimensiones que hubiera provocado el vertido de tres superpetroleros.

Un centenar de aviones

El 28 de enero, la cifra de aviones iraquíes que aterrizan en Irán su pera los 100, según fuentes militares británicas, y los 80, según el Pentágono. Los bombardeos contra objetivos iraquíes continúan sin descanso.

El 30 de enero, Irak lanza un ataque relámpago por tierra contra posiciones aliadas en Arabia Saudí. Esta acción se cobra los primeros muertos de EE UU en acción de combate: 12 marines. Fuentes militares británicas cifran en "varios centenares" los muertos de Irak. Los combates de mayor intensidad se producen en la ciudad de Jafyi, donde, el 31 de enero, tropas de Arabia Saudí acaban con las últimas bolsas de resistencia del Ejército iraquí tras 36 horas de combate. Irak anuncia haber capturado a varios prisioneros, entre ellos una mujer.

El 1 de febrero, el Ejército iraquí concentra fuerzas a lo largo de la frontera entre Kuwait y Arabia Saudí. La aviación de la alianza, con la participación de los B-52, bombardea una larga columna de blindados iraquíes y concentraciones de tropas en Kuwait, frustrando así una "invasión a gran escala", según fuentes militares británicas. Por otro lado, fuentes gubernamentales españolas confirman que el Gobierno autorizó a EE UU a utilizar bases españolas para realizar bombardeos sobre Irak y Kuwait poco después de iniciarse la guerra.

El 6 de febrero, el rey Hussein de Jordania se alía claramente con Sadam Husein y asegura que Irak defiende en su lucha a todos los árabes.

El 8 de febrero, el secretario de Defensa norteamericano, Richard Cheney, y el jefe del Estado Mayor conjunto, Colin Powell, llegan a Arabia Saudí para discutir con los mandos militares cuándo se producirá el ataque terrestre contra las fuerzas de ocupación iraquíes en Kuwait.

El 10 de febrero, tres de los ocho puentes que cruzan el río Tigris en Bagdad y otros cuatro de otras zonas han sido inutilizados, en lo que se interpreta como una campaña de la alianza para dividir la ciudad y cortar el transporte con las tropas iraquíes en el sur del país y en Kuwait, estimadas en 500.000 personas.

El 11 de febrero, la aviación de la coalición contra Sadam Husein realiza 2.900 misiones aéreas; 750 de ellas, contra objetivos de Irak en el emirato. El 12 de febrero, el presidente iraquí, Sadam Husein, ofrece el primer indicio desde que estalló la guerra de que está dispuesto a recurrir al diálogo para resolver el conflicto. En una entrevista con Yevgueni Primakov, emisario personal de Gorbachov, pide que cesen los bombardeos como paso previo para el inicio de una negociación con la URSS y otras naciones".

El 13 de febrero, en Bagdad, centenares de civiles, entre ellos gran número de mujeres y niños, mueren al ser bombardeado un refugio que la alianza afirma que era un bunker militar. Es el momento más dramático desde el inicio de la guerra.

El 16 de febrero, George Bush rechaza las condiciones de Sadam Husein para retirarse de Kuwait y prosigue la guerra. El día antes, Husein ha realizado un desesperado e infructuoso esfuerzo por detener el conflicto y evitar que la coalición desencadene la ofensiva terrestre.

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