Fundamentalismo en EE UU

F. V. Unos días después de que, tras el inicio de los bombardeos, los imames magrebíes llamaran a la yihad, el presidente Bush convocaba a todos los ciudadanos de su país a llenar los templos para rezar por las tropas que libran una guerra "contra el enemigo más viejo del espíritu humano: la maldad que amenaza la paz mundial".

El mensaje, aplaudido por predicadores como Billy Graham y Jerry Falwell -bautistas norteamericanos y asesores espirituales de los presidentes de las administraciones republicanas-, es criticado por otros protestantes. Juan Antonio Monroy, ex presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas en España, que agrupa a las denominaciones protestantes, asegura que "no se puede tomar el nombre de Dios en vano; se manipula para que los soldados tengan motivos para combatir y los civiles, para sufrir".

"Sucede que, en EE UU, neoconservadores católicos y protestantes han unido religión y patria", agrega Monroy. Como ejemplo de ello valga la frase del bautista Jerry Falwell:"Ninguna otra nación de la tierra ha sido bendecida por la omnipotencia de Dios como el pueblo de Estados Unidos de América".

El profesor Carlos Cañeque, en su libro Dios en América, recuerda que, durante una conferencia en la Universidad de Princeton, la secretaria de Sanidad de la Administración de James Carter dijo: "Estoy empezando a temer un ayatolá Jomeini en este país; en ese caso, en lugar de llevar barba, tendría un programa de televisión", aludiendo con ello a los llamados televangelistas.