16.000 personas, en una cadena de 13 kilómetros contra la base de Zaragoza
Unas 16.000 personas participaron ayer en Zaragoza en una cadena humana que unió los 13 kilómetros que distan desde el centro de la ciudad hasta la base de utilización conjunta hispano-norteamericana. La cadena, con el lema Parar la guerra. Cerrar la base, concluyó con la colocación de una bandera blanca próxima al recinto militar. Convocó la protesta la comisión ciudadana Contra la Guerra del Golfo, integrada por varios partidos políticos, entre ellos la coalición Izquierda Unida, los sindicatos UGT, CC OO, USO y CGT, ecologistas y pacifistas así como diversas organizaciones ciudadanas, a los que se sumaron más de 100 colectivos de diversa índole.La concentración de los participantes se inició a partir de las 10.30 horas en cinco puntos concretos. El primero en el parque Pignatelli, lugar desde donde partió la marcha y donde hay instalado un campamento por la paz desde que se inició el conflicto. En este tramo se situaron representantes de la organización, y también el Colectivo de Mujeres Contra la Guerra. El segundo punto correspondió a estudiantes de enseñanzas medias y universitarios; el tercero, a asociaciones vecinales, parroquias (un centenar de sacerdotes se sumó a la protesta), casas de juventud y asociaciones de padres de alumnos; el cuarto, a sindicatos y trabajadores, y el último punto, a representantes de los organizadores.
El Justicia y el rector
Entre los participantes se encontraban el justicia de Aragón (defensor del Pueblo), Emilio Gastón, el rector de la Universidad, Vicente Camarena, el cantautor José Antonio Labordeta, el diputado de IU en el Congreso José Luis Martínez, concejales y diputados de esta formación así como algunos jugadores de fútbol.
Todo el recorrido estuvo marcado por un aire festivo y lúdico, muchos lo hicieron en bicicleta, otros en coches particulares y en la mayoría en autocares dispuestos por la organización. Junto al aeropuerto y la base un grupo de objetores de conciencia formó las palabras insumisión y deserción al tiempo tiempo que coreaban eslóganes .
A las 12.30 horas se lanzaron varios cohetes dando la señal de inicio del despliegue de la cadena humana, que se cubrió en todo el recorrido salvo algunos peque¡íos huecos. Los gritos más coreados fueron los de "OTAN no, bases fuera" y los alusivos a la guerra y contra Bush.
Al final, se leyó un comunicado, que ha aparecido estos días en los medios de comunicación, suscrito por los colectivos participantes, en el que otras cosas se dice: "Nos empujan para que elijamos bando, pero nos negamos. No es la hora de elegir trincheras, sino de eliminarlas. Nos animan a que callemos, a que guardemos un silencio aprobatorio y cómplice ante lo que está ocurriendo. No podemos".
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