Los expertos en economía piden un pacto para controlar el comercio de armas

El crecimiento económico, la cooperación internacional y un mayor control sobre el mercado de armamento en todo el mundo son las principales apuestas para la posguerra hechas por los expertos que han asistido durante siete días al World Economic Forum en la ciudad suiza de Davos. La guerra del golfo Pérsico y la crisis de la Unión Soviética han planeado sobre todos los debates, en los que se han producido numerosas ausencias de última hora, tanto entre los ponentes como entre los asistentes.

Ayer se clausuró la primera parte de las jornadas, que continuarán hoy con algunos debates sectoriales y encuentros entre los hombres de negocios que asisten a la reunión de Davos.Las conclusiones oficiales, expuestas por el ex primer ministro francés, Raymond Barre, se resumían en cinco puntos: la necesidad de paz y estabilidad en los mercados y las reglas del juego; la situación crónica de desigualdad mundial a pesar de los éxitos tecnológicos y económicos; la urgencia de luchar contra el despilfarro y buscar la eficacia; la limitada duración de la acción económica; y la globalización de los problemas, que exige una mayor cooperación internacional.

Pero estas conclusiones no eran más que una parte de los debates llevados a cabo durante la semana, en la que los conflictos han sido la atracción principal. Los meses de posguerra y la actitud que adoptarán entonces los países industrializados han sido motivo de todo tipo de comentarios y teorías.

Aunque la tesis predominante ha sido que el crecimiento económico será la apuesta generalizada en Occidente, dentro de un marco de cooperación internacional y con un papel preponderante de Europa, que tardará varios años en asimilar el proceso de unión. Lo que nadie ha sabido precisar es en qué medida podrán actuar los países occidentales en la reconstrucción de la zona del Golfo y cómo quedarán sus relaciones con el mundo.

Puertas abiertas

También sobre la época de posguerra, varios ponentes han insistido en la necesidad de crear un mecanismo occidental que permita el control de la venta de armamento, para evitar que puedan reproducirse situaciones como la actual.

Esta idea, lanzada por un miembro de la Administración norteamericana, en una de las reuniones de trabajo, fue respaldada ayer mismo por la primera ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland, que en el discurso de clausura hizo un llamamiento a "un acuerdo internacional de control y verificación del comercio de armas".

Respecto a los avances políticos y económicos de los países de la Europa del Este, sus gobernantes han podido sacar en claro que tienen las puertas abiertas, por lo menos en teoría, para integrarse en la Comunidad Europea, y que el mundo occidental asiste con inquietud a la crisis soviética, aunque apoya la política del presidente Gorbachov.

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Hans Dietrich-Genscher, fue el más claro en este sentido, al criticar la intervención militar en las Repúblicas bálticas pero defender abiertamente la continuidad del líder soviético al frente de la URSS.