El Folies Bergère de Paris cierra sus puertas a causa de la guerra del Golfo
La guerra del Golfo y un frío siberiano están haciendo del presente invierno francés el más triste desde el final del conflicto de Argelia, en 1962. La anulación de espectáculos anunciados desde hace meses, el cierre de locales de ocio y la suspensión de festejos populares se han convertido en moneda corriente. Uno de los más rancios símbolos internacionales de la vida nocturna parisiense, el Folles Bergère, acaba de anunciar su cierre temporal por falta de público.Un portavoz del Folles Bergère informó que desde comienzos de este año los artistas del cabaré trabajaban para una sala prácticamente vacía. La mayoría de sus clientes habituales -franceses de provincias y turistas extranjeros- evita viajar a París por temor a los atentados terroristas. Por esas mismas razones, los bateaux-mouches -las barcazas que pasean por el Sena a los turistas- reconocen haber perdido un tercio de su clientela en relación al mismo periodo del año anterior. "No viene un solo norteamericano y prácticamente ningún británico", dijo un portavoz de una compañía de bateaux-mouches.
La compañía de danza norteamericana de Martha Graham, que debía actuar estos días en la Opera de París, ha preferido anular su desplazamiento a la capital francesa.
El ambiente depresivo creado por la crisis del Golfo ha llevado al Ayuntamiento de Niza a anunciar la suspensión del inminente carnaval. Honoré Ballet, alcalde de la ciudad mediterránea, ha declarado que es "moralmente inaceptable" organizar "fiestas y regocijos" en periodo de guerra.
La decisión de Niza ha sido seguida por los ayuntamientos de Marsella, Nimes, Albi y muchas otras ciudades francesas.
Babelia
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