Primer atentado contra los aliados en Arabia Saudí
El primer hostigamiento contra la retaguardia de las fuerzas aliadas en el golfo Pérsico se registró en la noche del domingo en la ciudad saudí de Yedda, donde dos militares estadounidenses y un miembro de la Guardia Nacional fueron heridos por trozos de cristales en un atentado con armas ligeras perpetrado contra el autobús que les llevaba al aeropuerto. El tiroteo de Yedda, a 1.200 kilómetros de Kuwait, coincidió con la entrada en combate M acorazado Missouri, cuyos cañones de grueso calibre se estrenaron en la guerra martilleando los bunkers iraquíes en el emirato.
ENVIADO ESPECIALEl autobús, conducido por un ciudadano egipcio, en el que viajaban seis militares norteamericanos y saudíes, fue atacado a las 23.30, hora local, cuando, procedente del hotel Palas, se dirigía hacia la terminal aérea por tina de las calles de una ciudad donde los adinerados empresarios saudíes compran casas y comercian con multinacionales extranjeras. Yedda cuenta con una población próxima a los dos millones de habitantes Y es más cosmopolita y liberal que Riad, la capital.Las balas dirigidas a los ocupantes del autobús civil hicieron impacto en sus cristales, que al caer ocasionaron heridas, de las que los militares fueron atendidos en un hospital y dados posteriormente de alta.El autor del atentado pudo huir y no fue localizado pese a la batida policial practicada en los edificios colindantes. Fuentes saudíes declararon no sentirse sorprendidos por el ataque, "ya que el constante bombardeo sobre Irak y el ocupado Kuwait estaba radicalizando las posturas antioccidentales del mundo islárnico".El 'Missouri' disparaLas imponentes baterías de cubierta del veterano acorazado estadounidense, que navega en aguas del golfo Pérsico, ayer entraron en acción. No habían disparado en una guerra desde la de Corea. Su poderoso arsenal y gran capacidad bélica fueron multiplicados en los astilleros del Pentágono.Los cañones del navío, que había apoyado el bombardeo de Bagdad con misiles Tomahawk, abrieron fuego contra los refugios de cemento armado de la Guardia Republicana en Kuwait y complementaron las diarias mcursiones de los B-52, Tornados británicos, Jaguar franceses y cazas estadounidenses de diferente fuselaje y munición.
El acorazado Wisconsin, también en el Golfo, había participado en el lanzamiento de esos misiles, que tienen un alcance de aproxirriadamente 1.100 kilómetros, gran precisión y una cabeza explosiva de media tonelada.
Fuentes militares indicaron ayer que el control del aire logrado por la aviación aliada, con cerca de 42.000 incursiones contra objetivos iraquíes, ha permitido que la flota se aproxime más a Kuwait con menor riesgo de un ataque por sorpresa de los MYH y Mirage iraquíes dotados de misiles Exocet, cuya eficacia demostraron los pilotos argentinos en la guerra de las Malvinas contra la Armada británica. El por tavoz británico del mando aliado declaró ayer que Irak apenas si dispone ya de capacidad ofensiva en el aire.
Mientras tanto, helicópteros Kiowa Cobra se han unido al patrullaje aliado en zonas avanzadas de la frontera de Arabla Saudi con el emirato invadido. Los helicópteros están teniendo un activo papel en los enfrentamientos armados registrados hasta ahora. Seis de sus tripulantes, sin embargo, han muerto, al parecer, al estrellarse dos aparatos. Irak asegura que uno de ellos, UH-1, con cuatro militares a bordo, fue derribado por su artillería antiaérea.Alarmas frecuentes
La misión de los helicópteros aliados es vigilar una zona donde las alarmas son cada vez más frecuentes. "Hay suficiente movimiento allí [en el emirato de Kuwait] como para ser prudente y estar siempre alerta", dijo el coronel Ron Rolosz.
Los sistemas electrónicos que controlan los movimientos por tierra se activaron al máximo después de la ofensiva iraquí de hace una semana contra la ciudad saudí de Jafyi, que fue ocupada durante 37 horas.
Dentro de los frecuentes duelos artilleros sostenidos al anochecer, uno de ellos fue detectado en la madrugada de ayer en el límite sur de Kuwalt cuando un batallón de marines, integrado por unos 800 soldados, atacó con cañones de 155 milímetros una estación de radar iraqui protegida por la infantería.
Desde otro emplazamiento fronterizo una plataforma lanzacohetes iraquí disparó contra posiciones aliadas en el desierto saudí. Portavoces estadounidenses aseguraron haberlo bombardeado con éxito y precisaron también que ninguna de las dos fuerzas en disputa cruzó la frontera durante los dos choques.
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