La crisis del Golfo cristaliza la división de la CE

El Reino Unido, por boca de su ministro de Exteriores, Douglas Hurd, renovó ayer en Bruselas su oposición a la futura política exterior y de seguridad de los Doce a causa de la división de la Comunidad Europea (CE) en la guerra del Golfo. La posición británica fue apoyada por Holanda, Dinamarca e Irlanda, aunque en este último caso fue en razón de su política de neutralidad. Con vistas a su futuro protagonismo en la solución regional de la posguerra, los ministros encargaron elaborar un plan de paz que se discutirá el próximo día 19. El triunvirato comunitario iniciará contactos con los países del Magreb e Israel.

Esta iniciativa diplomática intenta cambiar la impresión de inutilidad de la CE ante la crisis abierta en relación con el protagonismo en la poscrisis, a pesar de que el tema palestino provoca divergencias de enfoque.Alemania, el Reino Unido y Holanda priman la interlocución con Israel, mientras Francia -que ayer presentó un plan de apoyo a los territorios ocupa dos-, España e incluso Italia defienden el desenlace del problema palestino para cualquier solución de paz. La iniciativa hispario-ltallana de una confe rencia de seguridad en el Medite rráneo "gana puntos", según el ministro de Exteriores español, Francisco Fernández Ordóñez.Los Doce aprobaron, en el marco de la cooperación política, una declaración de apoyo a "la unidad e integridad de Yugoslavia" como federación y un comunicado de apoyo a la cele bración de referendos en las repúblicas bálticas. En otra resolución, la CE expresa su satisfac ción por el anuricio del fin del apartheid en Suráfrica y anuncia que levantará las sanciones eco nómicas cuando esa discrimina ción desaparezca en la práctica.En cuanto a la futura unión política, la división está cristalizada. Frente a la oposición británica y de otros tres países, los ocho restantes y el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, reconocen que la ruptura del consenso político de los Doce ha ido en ascenso desde el pasa do mes de octubre, pero enfocan esta situación de forma positiva. Precisamente, argumentan, la falta de una política exterior común es lo que ha impedido a la CE tener un protagonismo en el conflicto y actu.ar con una voz única.Ordóñez y el MagrebOrdóñez se refirió al efecto babel para definir un diálogo en el que los Doce no se entienden porque hablan de políticas exteriores y de seguridad distintas. España, dijo, "pedirá apoyo a la CE para reforzar la cooperación con los países del Magreb, pero en todo caso desplegará unilateralmente su actividad diplomática", aunque el resultado se limite a acuerdos bilaterales. En respuesta a la petición española, la troika de la CE (los ministros de Luxemburgo, Italia y Holanda, y el comisario Abel Matutes) iniciará contactos en los próximos días con estos países y el día 19 se entre vistará con el ministro israelí de Exteriores, David Levy.

El ministro español justificó su viaje la próxima semana a los países vecinos del norte de África por el interés especial económico y político que tienen para España. Fernández Ordóñez se negó a entrar en cuestiones militares, pero señaló que "hay que evitar que se caldee innecesariamente la atmósfera". "Ceuta y Melilla" añadió, "son dos ciudades espa ñolas, y la información que se tiene de las autoridades no es en este momento alarmante".

¿Para qué hablar de política exterior y de seguridad común cuando no hay más que divisiones sobre la crisis del Golfo, las relaciones transatlánticas y gran parte de los temas claves de la escena mundial?, vino a decir a sus colegas el ministro británico Hurd. El holandés Hans van den Broek insistió en que antes de hablar de reforma institucional o de mecanismos de decisión hace falta volver a resucitar el gran problema de fondo; es decir, qué clase política exterior común quiere la CE.

La posición británica se reduce a una formulación simple: puesto que Europa no pinta nada, alineémonos sin condiciones con la única gran potencia que cuenta en el mundo, Estados Unidos. Como contrapunto, el documento conjunto presentado ayer por Francia y Alemania insiste en el protagonismo que puede y debe desempeñar la CE en el futuro.Además, la Comisión Europea aprobó ayer una ayutia alimentaria de urgencia (cereales, azúcar, leche en polvo, aceite y otros productos) por valor de 3.100 millones de pesetas para paliar los efectos sobre "una población -la palestina- obligada por las autoridades israelíes a sufrir un toque de queda de 22 horas al día". El grueso de esta aportación forma parte del programa anual de ayuda, aunque la Comisión estudia la concesión de otros 1.000 millones de pesetas.