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Tribuna:DIARIO DE LA GUERRA
Tribuna
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Dura lección para el Tornado

"Nunca despegarán", fue lo que dijeron los asesores de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en 1971 sobre los planos de los nuevos cazabombarderos de ataque diseñados por Panavia (un consorcio anglogermano-italiano), que recibieron oficialmente el nombre de Tornado en marzo de 1976. Estados Unidos optó por el F-15E, la versión del caza F- 15 de ataque a ras de tierra, y los franceses se decidieron por el Jaguar. De este modo comenzó el debate en las fuerzas aéreas de la OTAN sobre cuál iba a ser el principal cazabombardero de ataque a ras de tierra de los años noventa.Se ha dicho que el Tornado fue un avión diseñado por los políticos, a un precio de 3.665 millones de pesetas por unidad y ha sido criticado por intentar atender en exceso las demandas de las fuerzas aéreas de los países integrantes del consorcio que lo fabricó. Demandas de Alemania, que quería un avión de menor radio de acción y mayor potencia de fuego para combatir a las fuerzas acorazadas del Pacto de Varsovia; de Inglaterra, que quería un mayor radio de acción con el sistema de ataque antipistas para neutralizar a las fuerzas aéreas del Pacto de Varsovia; y de Italia, que pretendía un cazabombardero polivalente para la defensa nacional. El resultado ha sido un avión de múltiples usos que cada miembro del consorcio adapta a sus necesidades.

Este cazabombardero es uno de los mayores proyectos industriales que Europa haya abordado jamás. Las tres compañías que componen Panavia son: British Aerospace (con un 42,5%), MBB (con un 42,5%) y Aeritalia (con un 15%). Los Gobiernos crearon una organización llamada NAMMO para coordinar las políticas y las ventas a otros países.

48 para Arabia Saudí

Su mayor éxito fue la venta del Reino Unido a Arabia Saudí de 48 Tornados por 175.920 millones de pesetas. 44 de ellos han sido entregados ya y están participando en la guerra. Ningún otro país ha comprado el avión, aparte de los miembros del consorcio, que tienen 510 de las 921 unidades proyectadas: Alemania 194; Italia, 82, y el Reino Unido, 234.

Con anterioridad a la Operación Tormenta del Desierto existía una preocupación: 26 Tornado se habían estrellado en los siete primeros años de funcionamiento. Desde el principio de las hostilidades, otros siete se estrellaron en el Golfo, mientras que las pérdidas de F-15E y Jaguar han sido bajas en comparación. De todas formas, el elevado número de Tornado eliminados se debe a su peligroso papel en el conflicto y a las tácticas utilizadas hasta ahora.

El Tornado debe volar casi a ras de tierra para evitar el radar, y subir después a la peligrosa altura de 45 metros para soltar su sistema de ataque JP233 y destruir pistas de aterrizaje. Esta arma destructora de campos de aviación es heredera de usadas por Israel en la Guerra de los Seis Días en 1967, y fue posteriormente perfeccionada tras la guerra de las Malvinas. El JP233 es un bombardero en dos etapas: cada Tornado GR-1 contiene 30 submuniciones SG357, que abren cráteres en las pistas, soltando al mismo tiempo 215 municiones HB876, que actúan como minas antipersonales y de acción retardada.

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En el caso de que los Tornado volasen muy bajo, los paracaídas que equilibran las bombas HB876 no tienen tiempo de abrirse, pero si van más alto que los 45 metros no se puede garantizar su precisión; desafortunadamente, ésta es la altura ideal para que actúen con la máxima eficacia los misiles SAM iraquíes tierra-aire. Irak cuenta con cerca de 700, todos soviéticos menos 100 franceses.

En vista de los resultados de estos bombardeos, eficaces en mantener a los aviones Mig y Sujoi iraquíes inmovilizados en sus refugios antibombas, pero costosos en aparatos y pilotos, los Tornado GR-1 de vuelo rasante con base en Muharraq (Bahrain) y en Dabran (Arabia Saudí), han cambiado de táctica. El aparato se está cargando ahora con tres tipos de bombas de 453,6 kilos cada una, y cada avión puede lanzar ocho de ellas, llamadas Sleeker, una versión moderna de la bomba de caída libre utilizada por la RAF británica durante la II Guerra Mundial, que puede lanzarse en ataques seguros a una altura de 15 kilómetros pero cuya precisión es escasa.

Puede usarse también con más eficacia en bombardeos en picado: el Tornado se acerca en vuelo rasante, y a unos cinco kilómetros del objetivo se eleva en picado y lanza la bomba. El método es seguro pero impreciso. Éstas son las mismas tácticas empleadas por los F- 15E americanos y los Jaguar franceses en esta guerra. Y así, tras haber experimentado los tres sistemas en combate, la guerra del Golfo ha acabado con la discusión sobre el cazabombardero de ataque a tierra de los años noventa, en favor de las tesis de EE UU y Francia, con las consecuencias financieras negativas para el consorcio de Panavia.

Andrés S. Serrano es master en Estudios sobre la Guerra por el King's College de Londres.

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