El Ejército protege las refinerías y gran parte de las centrales nucleares
La comisión permanente de seguimiento, constituida en el Ministerio del Interior para todas las cuestiones relacionadas con la seguridad a propósito de la guerra del golfo Pérsico, ha acordado dedicar efectivos del Ejército para la protección de instalaciones consideradas estratégicas, entre las que destacan las refinerías petrolíferas y la mayor parte de las centrales nucleares. La medida forma parte de la segunda fase de la denominada Operación Duna, que se encuentra ya en vigor, para la prevención de posibles atentados de signo proiraquí.
El empleo de unidades del Ejército para la protección de determinadas instalaciones no es la primera vez que se realiza, puesto que en periodos electorales y en momentos críticos, miembros de las Fuerzas Armadas han efectuado labores de vigilancia y prevención en centros de comunicaciones considerados vitales, así como otros edificios.Los militares centran su actividad, por el momento, en la protección de las bases de utilización conjunta -cuyo entorno está además vigilado por la Guardia Civil-, de dependencias castrense, repetidores de televisión, determinados puntos estratégicos como oleoductos, grandes depósitos de gas y de otros combustibles, y en la mayor parte de las centrales nucleares.
La seguridad de todas estas instalaciones estaba encomendada a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Sin embargo, los delegados del Gobierno o los gobernadores civiles, en contacto permanente con la comisión de seguimiento, y dependiendo de la disponibilidad de los efectivos de policías y guardias civiles en cada provincia, solicitan la colaboración de las Fuerzas Armadas para la protección de esos objetivos. De esa forma, según fuentes de Interior, las fuerzas de orden público se benefician de la colaboración del Ejército y no quedan perturbadas las misiones de la policía de prevención y persecución de los delincuentes.
Las medidas de seguridad se han extremado en los puertos y aeropuertos, donde se controla de forma exhaustiva todo tipo de equipajes y mercancías, y a los viajeros, en especial a los de origen árabe. El control en las fronteras se realiza de forma mucho más estricta.
Las multinacionales, empresas de capital estadounidense o nacionales filiales de sociedades estadounidenses están recibiendo una protección especial, al igual que las Embajadas de los países en conflicto y las sedes diplomáticas. También se ha ofrecido protección a los diplomáticos.
Las Embajadas españolas en el extranjero han sido reforzadas. Efectivos de los GEO han sido enviados a algunas misiones diplomáticas, como las de los países árabes, Turquía o Irán.
Ejercicios de desalojo
Por otro lado, en algunas empresas norteamericanas y multinacionales, como IBM, se realizan ejercicios periódicos de desalojo en preparación de posibles emergencias. Estas prácticas se realizan cada dos o tres días y tienen por objeto habituar a los empleados a abandonar ordenadamente el centro de trabajo en que se produjera un atentado.
La medida ha sido secundada también en algún centro escolar al que asisten hijos de norteamericanos.
Asimismo, el dique del oeste del puerto de Palma, muelle de más de un kilómetro de longitud usado habitualmente por navíos militares y buques de carga, se encuentra cerrado al tráfico de automóviles y personas, informa Andreu Manresa.
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