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Harald V promete servir a la nación de acuerdo a las normas constitucionales

El nuevo rey de Noruega, Harald V, prometió ayer, en su primera comparecencia ante el Stortinget (Parlamento), servir a la nación de acuerdo con las normas constitucionales y con el mismo lema que adoptara su padre, Olav V: "Todo por Noruega". El nuevo rey, que cumplirá 54 años el próximo mes, es considerado por los observadores un digno heredero del enorme prestigio y cariño que conquistara su padre entre sus súbditos.

Aunque constitucionalmente el rey no tiene en Noruega atribuciones políticas decisivas, se reúne regularmente con el Consejo de Ministros y hace oír sus opiniones en todos los problemas concernientes al país. Harald V es el primer rey desde 1370 nacido en el país y sus antecesores del mismo nombre se remontan a la época de los vikingos. Desde 1968 está casado con Sonia Haraldsen, hija de un hombre de negocios noruego, con la que mantuvo un largo romance en secreto en virtud de las previsibles objeciones a una unión fuera del círculo de las princesas europeas. Hoy, toda esa resistencia está olvidada, y Sonia, la primera reina desde hace 79 años que ha estado presente en la ceremonia del discurso del rey ante el Parlamento, comparte con su marido el cariño del pueblo noruego. El nuevo rey estuvo ejerciendo la regencia desde el mes de mayo cuando su padre sufrió un grave empeoramiento en su salud, pero desde mucho antes estaba preparándose para el ejercicio del trono. De gran parecido físico con su padre, su formación ha sido bastante similar y completó sus estudios de Historia, Ciencias Sociales y Economía en un centro educativo de Oxford (Reino Unido).Posee una sólida formación intelectual, escribe él mismo sus discursos y se le considera como un hombre de sentido común y de fácil comunicación con la Uente. Apreciado por la clase política, Harald V es un activo deportista que ha participado en diversas competiciones, incluidos Juegos Olímpicos, en los dos deportes noruegos más populares: el esquí y la navegación a vela.

La pareja real, acompañada de sus dos hijos, partió ayer a las 12.48 del castillo hacia el Parlamento en una carroza y el corto trayecto estuvo flanqueado por soldados de las distintas armas que le rendían homenaje y numeroso público que manifestó su adhesión al nuevo rey. A Ia una en punto de la tarde se abrieron las puertas del Parlamento y el rey, que vestía uniforme militar de gala, inició la lectura de su discurso en una ceremonia que duró 20 minutos.

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