Los padres de los marineros, indignados por la falta de información de Defensa

Los padres de los soldados españoles de los tres barcos desplazados al golfo Pérsico expresaron ayer su indignación por las dificultades que dicen encontrar en el Ministerio de Defensa cuando intentan conocer la situación de sus hijos tras comenzar las hostilidades en la zona. Los familiares de los marineros catalanes han pedido a los grupos políticos del Parlamento autónomo que suscriban la petición dirigida ayer a Felipe González para que retire inmediatamente los barcos de la zona de conflicto.

"En vez de tener en cuenta lo desesperado de nuestras llamadas, los funcionarios se pasan la comunicación de unos a otros, sin que nadie te atienda y, al final acaban colgando el teléfono", asegura Alejandro Coronel, portavoz de la coordinadora de padres de soldados enviados al golfo Pérsico.Coronel se enteró del estallido de la guerra en el autocar que le llevaba de vuelta a su domicilio en Barcelona desde Madrid. En la capital de España, acompañado de otros padres de soldados, solicitó al Tribunal Supremo que incorpore a la querella por detención ilegal y prevaricación presentada contra Felipe González por los padres de los primeros marineros españoles enviados al Golfo, otra denuncia interpuesta recientemente en Barcelona por los padres de los soldados de la segunda expedición.

A este barcelonés de 46 años, padre de Óscar Coronel, un soldado de 19 años tripulante de la corbeta Diana, no le tranquilizan las palabras del presidente del Gobierno cuando asegura que los periodistas que permanecen en Bagdad corren más peligro que los marineros de la flotilla. "Los periodistas están allí por propia voluntad y se les han dado muchas oportunidades para abandonar el peligro. Yo sólo estaré tranquilo cuando me digan que mi hijo está de vuelta, allá por Alejandría", dice Coronel.

La dependencia obsesiva de la prensa es general en todos los familiares de los marineros de la flotilla. "Es la única información de la que disponemos", dice Maite Peña, una madrileña de 37 años, madre de Óscar Gastón, marinero de la Numancia. Maite no quiere salir a la calle.