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LA CRISIS DE LA URSS

Shevardnadze seguirá provisionalmente al frente de la política exterior de la Unión Soviética

Pilar Bonet

PILAR BONET El presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, y Edvard Shevardnadze conversaron ayer, durante dos horas, sobre temas actuales de la política internacional sin abordar el anuncio de dimisión realizado por el ministro de Exteriores el día anterior. Así lo anunció el porta voz presidencial, Vitali Ignatenko, quien añadió que Shevardnadze continuará ejerciendo de momento sus funciones como jefe de la diplomacia soviética, aunque no especificó por cuánto tiempo. La jornada de ayer careció de las tensiones del jueves. Estuvo marcada por la perplejidad sobre la índole del conflicto que enfrentó a Gorbachov y Shevardnadze.

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Nadie creía en el Congreso que la presión de los coroneles ultra conservadores Alksnis y Petrushenko fueran la causa de la dimisión del curtido ministro. Ni siquiera Alksnis admitía esa hipotesis.Gorbachov y el ministro dimisionario hablaron del golfo Pérsico, del acuerdo de reduc ción de armas estratégicas con EE UU y de armas convencionales. Fue una conversación de un ministro con un presidente dijo Ignatenko, desdramatizando la situación.

Al final de la sesión del Congreso de los Diputados, Gorbachov se pasó un rato conversando en el fondo de la tribuna con el mariscal Serguél Ajroméiev, su asesor militar. En el Congreso sonaron intermitentemente voces alarmadas por la advertencia de dictadura lanzada por Shevardnadze. La tónica general no fue el dramatismo, sino un monótono debate sobre el Tratado de la Unión y las modificaciones constitucionales para reforzar el Poder Ejecutivo.

El peligro de dictadura es "más que serio". afirmó Anatoli Sobchak, el alcalde de Leningrado. Si en los próximos días no se firma un acuerdo de relaciones económicas entre el centro y las repúblicas para 1991 y no se reparten los presupuestos para ese ejercicio, "comenzarán a pararse decenas, centenas, miles de empresas en todo el país. Y entonces, los demócratas, los radicales, los conservadores iremos a inclinarnos ante los militares y les diremos que vengan a dominarnos", señaló Sobchak.

Según el alcalde, en la actualidad está en marcha una campaña para desacreditar el modelo de desarrollo democrático de la sociedad. Esta campaña se ha traducido en una disminución de la actividad política. Sobchak puso el ejemplo de unas elecciones complementarias que tan sólo habían logrado atraer a un 20% del electorado a las urnas el pasado domingo en Leningrado.

"Los apellidos de la dictadura pueden ser distintos pero el nombre es sólo uno: nomenklatura", agregó Sobchak. Este rompió el tono abstracto y grandilocuente con el que se expresan a menudo los reformistas soviéticos e hizo propuestas concretas.

Aparte de la firma de acuerdos económicos y la distribución del presupuesto entre las repúblicas y el centro, Sobchak pidió que las divisas disponibles y los préstamos recibidos por la URSS sean distribuidos entre el centro y las repúblicas.

Control de divisas

Los préstamos, señaló Sobehak, ya están desapareciendo por el agujero negro, en el que se han hundido la cosecha de este año y las divisas. Pidió un control claro y verdadero desde abajo sobre las divisas.

El alcalde de la segunda ciudad de la URSS, cuyas intervenciones irritaban anteriormente a los conservadores del Congreso, se granjeó aplausos al pedir la abolición del decreto presidencíal que pone a las empresas soviéticas en situación de inferioridad frente a las extranjeras al expollarlas de la mayoría de sus divisas. Exigió que se abolieran los impuestos que lastran a las empresas y una reforma de los órganos del orden público.

"Al frente del golpe de Estado se encuentra Gorbachov, aunque puede que él no lo sepa", dijo el diputado ucranio VIadímir Chermak. Este señaló que Gorbachov es "hijo de su partido" y que habría que defender al presidente del secretario general del PCUS. Añadió que el el programa de salida de la crisis puede resumirse en una palabra: "sobe ranía".

Cherniak propuso eliminar el Congreso de los Diputados como un "show innecesario", pidió elecciones generales libres y elecciones alternativas a la presidencia de la URSS.

El vicepresidente de la URSS, el nuevo cargo de la remodelación política, será elegido en el Congreso de los Diputados si se aprueba la propuesta de Anatoll Lukiánov, presidente del Sóviet Supremo, quien ayer expuso el programa de modificaciones constitucionales.

Gueorgui Shajnazárov, asesor de Gorbachov, dijo ayer que no había que descartar el nombre de Alexandr YákovIev en las remodelaciones en ciernes. YákovIev, el cerebro de la perestroika, era últimamente miembro del Consejo Presidencial, un organismo que desaparece tras varios meses de vida para dejar paso a un Consejo de Seguridad.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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