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Crítica:JAZZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Lección de estilo

El vecindario en el que pasó Jimmy Owens su infancia supo inmediatamente que éste era un auténtico fanático del jazz. Su pasatiempo favorito era hacerse notar soplando a pleno pulmón When the saints go marching in desde las ventanas del autobús en el que regresaba de la escuela. Desde entonces, ha preferido divulgar el jazz en lugares recónditos, antes que doblegarse a los caprichosos imperativos de la industria americana de la música.Cuando en 1967 le fichó la firma Atlantic, se percató de que el jazz no era sino el pariente pobre del rock y del soul. En aquel sello quienes de verdad vendían eran artistas como Aretha Franklin o los Cream, gracias sobre todo a una promoción que no reparaba en gastos pero que no daba el mismo tratamiento al jazz. Owens no se resignó a que sus discos acabaran en la estantería de rebajas de las tiendas, renunció a protagonismos e inició una intensa actividad al lado de los que verdaderamente podían hacerle progresar como persona y como músico.

Jimmy Owens Quartet

Jimmy Owens (trompeta y fliscorno), Ximo Tebar (guitarra), Lluís Llario (contrabajo) y Jeff Jerolamon (batería). Precio: 800 y 900 pesetas. Café Central. Madrid, del 17 al 23 de diciembre.

Ahora que ha aprendido, está en condiciones de enseñar y eso es precisamente lo que hace estos días en el Café Central. Tanto con la trompeta como con el fliscorno, su orgullo y motivo de goce, Owens da lecciones de madurez, claridad estilística y buen gusto en la elección del repertorio. Lo mismo recuerda a la fantástica pianista Mary Lou Williams en una deliciosa balada, que pasea detenidamente por Monky Parker y, lo mejor de todo, da muestras constantes de que a sus 47 años recién cumplidos disfruta de cada nota como si fuera el primer día que la da correctamente. En estos tiempos en que las imposturas están a la orden del día, Owens bien podría poner su voz a más de un trompetista de primera fila y hacerle un gran favor. Su sonido limpio, potente y pulido, no abusa de recursos técnicos que aún dominándose pueden resultar peligrosos. La respiración circular, que le permite soplar e inspirar al mismo tiempo, o las notas rizadas, son utilizadas por Owens únicamente cuando vienen a cuento y siempre con intención de añadir algo a la expresión sin caer en tediosos efectismos.

Detrás tiene una sección rítmica, con la que ya ha tocado en alguna ocasión anterior, integrada por Ximo Tebar, que acusa influencias de guitarristas tan locuaces como Barney Kessel, el contrabajista Lluís Llario y el batería Jeff Jerolamon, que acompañan con el comedimiento que aconseja la falta de ensayos previos a un Owens que no parece saciar nunca su apetito de jazz. El domingo pasado se había unido en jam session al grupo de Randy Weston y el lunes, después de su concierto en el Central, se acercó al Populart para ver a Abdu Salim y Malik Yaqub. Incluso desde la penumbra de su mesa se le veía mover los dedos en el aire sobre una imaginaria trompeta cooperando en espíritu con los músicos que estaban encima del escenario.

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