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Los rehenes extranjeros empiezan a abandonar su 'prisión' iraquí

Ángeles Espinosa

Los primeros vuelos con los últimos rehenes de Irak salieron ayer de Bagdad con destino a Francfort y Roma. La euforia provocada por la puesta en libertad de todos los extranjeros contrasta, sin embargo, con el pesimismo que prevalece en el frente diplomático, donde se mantiene la agresividad verbal. En medio de las advertencias que intercambian norteamericanos e iraquíes, el rey Hussein de Jordania hizo ayer un llamamiento a la cordura y animó a los árabes a que se alcen como mediadores de un compromiso que permita evitar la guerra.

[En el vuelo a Francfort viajaron, según fuentes diplomáticas, unos 330 occidentales, entre ellos 175 norteamericanos y 93 británicos. Estos últimos debían llegar anoche o esta mañana a Londres. En otro vuele partieron de Bagdad 237 occidentales, entre ellos 161 italianos, con destino a Roma, adonde llegaron anoche, informa France Presse]."La salvación todavía es posible", aseguró el monarca hachemí, quien animó a los árabes a iniciar un diálogo sobre la crisis del Golfo, paralelo al iraquí-norteamericano. "Resulta difícil de comprender por qué la nación árabe, dividida sobre el conflicto, mantiene el embargo al diálogo cuando EE UU y la Comunidad Europea están dispuestos a hablar con Bagdad", añadió Hussein, ante un grupo de oficiales.

El rey de Jordania, a quien en medios diplomáticos de la región se ve como a un intermediario ideal para acceder a Sadam, urgió también a la celebración de una conferencia internacional de paz sobre Oriente Próximo, "tan pronto como Se cumplimenten todas las resoluciones de la ONU". Tal actitud marca un nuevo matiz en su alineamiento con las tesis de Bagdad. Al igual que el líder iraquí, Hussein considera necesaria una solución global a todos los problemas de la región.

La decisión de Sadam de liberar a todos los extranjeros retenidos en su país ha supuesto, además, el desmantelamiento de su defensa de escudos humanos frente a un eventual ataque norteamericano. La mayoría de los cientos de rehenes mantenidos en instalaciones estratégicas en Irak y Kuwait han sido trasladados a Bagdad durante el fin de semana, como primer paso para su vuelta a casa.

"Esa es la causa de nuestro viaje, evitar la guerra ahora que ya no quedan rehenes", declaró ayer una pacifista alemana que esperaba embarcar en el vuelo diario a Bagdad desde Ammán. UIrika Laubenthal, de 24 años, forma parte de un grupo llamado Paz en el Golfo, cuyos miembros se han trasladado a Irak convencidos de que será la alianza de fuerzas occidentales la que desencadenará un eventual conflicto armado en el Golfo. "Queremos ser un signo para nuestra gente en Europa y Estados Unidos para que no se produzca una guerra", insistió otro de los activistas, Gregor Beckermann, de 50 años.

Mientras los pacifistas esperaban en la puerta de embarque número 7, su avión aterrizaba con 25 minutos de retraso. A bordo del Boeing 727 de Iraqi Airways llegaba a Ammán el primero de los rehenes liberados desde que Irak levantara la prohibición de salida el pasado viernes. Con gran paciencia y aspecto cansado, el hombre se sometió al interrogatorio de los periodistas. Británico, de 36 años, no quiso revelar ni su nombre ni su profesión. En su maletín de mano, una etiqueta traicionaba su sigilo identificándole como Martin Rose, con la dirección del British Council en Bagdad.

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Rose relató que se había enterado de la buena noticia el pasado viernes a través de la BBC y que, evidentemente, le había causado una gran satisfacción. Sin pensárselo dos veces, el sábado se dirigió al Departamento de Inmigración para obtener el permiso de salida. "Fue muy rápido. Apenas tardaron 30 minutos en dármelo", asegura, "creo que están siendo más eficientes que de costumbre". Martin Rose residía en la capital iraquí desde hace dos años, por lo que conocía el procedimiento burocrático. Hace tres meses su esposa y sus dos hijos fueron evacuados.

Ni siquiera se tomó el tiempo de avisar a su familia en Londres. Se presentó en las oficinas de Iraqi Airways y preguntó si había plazas libres en el vuelo del domingo. "Me dijeron que quedaba un sitio y compré mi billete". De todas formas, Rose es consciente de que no va a ser tan fácil a partir de ahora. "Si no aumentan los vuelos, y hasta que se organicen los charters, se van a ver saturados", manifestó.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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