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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Humor negro del fin del mundo

Algo desconcierta desde que comienza la obra. El diálogo está forzado, y no sólo no es realista -no tendría por qué-, sino que ni siquiera tiene la realidad interna que requiere cualquier vanguardia. Es la huella que deja el autor, las miguitas de pan de Pulgarcito, para que vayamos viendo que allí pasa algo y que no todo es tan simple como la cita, por anuncio, de dos necesitados sexuales y, su humor negro de seres medio rotos. Aunque ese humor persista y alcance cumbres del género; por ejemplo, el relato del arte perdido de meter mano en el cine, referido a una época anterior a los fáciles lugares de encuer.tro de la pareja actual.Esa huella nos va a conducir a la tragedia. Se ha tratado el tema muchas veces en el teatro, en el cine, en la novela: el mundo ha terminado tras una tragedia nuclear y queda una pareja superviviente, o relaúvamente superviviente. Son ellos los que fingen que dialogan y se encuentran en una situación que fingen, con el fin de encontrar aún un poco de excitación sexual que es, para ellos, el sinónircio de vivir. Insuficiente: no se consigue. Esta frustración cala hasta los huesos.

Entrando en calor

Jesús Campos. Intérpretes: Ángel de Andrés López y Lola Mateos. Escenografia y direción: Jesús Campos. Madrid. Sala del Mirador. Madrid, 5 de diciembre.

En cuanto a la situación, no es inverosímil. Ahora ha dejado de estar de moda hablar del "holocausto nuclear", desde que se ha sellado la paz y colaboración entre las dos grandes potencias, y se requiere que con nuestro suspiro de tranquilidad paguernos otras pérdidas graves, pero nadie ignora que sus arsenales están intactos, que existen los de otras naciones y que otros estan en preparación. Y que con las armas llamadas convencionales puede ser suficiente para que en las partes elegidas del mundo pueda suceder lo mismo. Despues de todo, una inundación entre el Éufrates y el Tigris se convirtió en diluvio universal y una guerra preparada en el mismo lugar podría llegar a producir en alguna pareja de por allí esa misma sensación de final y esos mismos dolores, mutilaciones y ansiedad del complejo vida muerte.

Adán y Eva

Pero ésa es otra cuestión de la que no se trata en la obra, aunque los protagonistas se llamen Adán y Eva. Lo que está allí es la situación terminal del mundo reflejada en un par de seres corrientes y doloridos: la comicidad es lacerante, porque llega a la tragedia. Y el final del doble suicidio -como si Camus hubiera tenido razón, al menos en ese momento límite, al decir que la única libertad posible es la del suicidio- que, indudablemente, tiene la aprobación y la solidaridad del espectador.A estas sensaciones contribuyen los dos excelentes actores que dicen y viven el diálogo: Ángel de Andrés López y Luisa Mateos. Cada uno con su escuela y con sus creencias artísticas: a la hora de encontrarse en un escenario, las diferencias se borran y los dos se encuentran en una misma sinceridad / falsedad que hace el teatro. Jesús Campos, como director y escenógrafo, resuelve todo como lo pensó como autor. Parece la única combinación realmente fecunda en el teatro. Este autor dice en un programa que no va a volver al teatro, como si el fin del mundo hubiese llegado también para él. Pero ésa es una situación de la que se vuelve. No seré yo, naturalmente, quien le reproche esa visión de la vida, o esa nueva pérdida de la esperanza, o esa venganza suicida contra el mal destino.

No había mucho público en la sala del Mirador. El puente se lleva a las gentes, incluso a los que van a todos los estrenos; además, éstos evitan cada vez más el esfuerzo que requiere ir al teatro como no esté rodeado de otros atractivos sociales o políticos. Y este poco público aplaudió, sin embargo, con entusiasmo, al que correspondieron los autores y el autor, sacado por ellos a escena.

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