Bush inicia una gira latinoamericana para reforzar los lazos con la región

El presidente George Bush emprende hoy una gira de una semana por cinco países latinoamericanos -Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Venezuela-, con tres objetivos claros: apoyar la consolidación de la democracia en un continente donde por primera vez en 10 años no gobierna ninguna dictadura militar, asegurar a esos países que Washington no los olvida a pesar de los dramáticos cambios de Europa, y, para promocionar su Iniciativa de las Américas, un ambicioso proyecto de unificación comercial entre todas las naciones hemisféricas.

Desde su llegada a la Casa Blanca, Bush ha querido demostrar con hechos y no sólo con retórica su interés por América Latina y su determinación de establecer las relaciones de Washington con el resto de los países del hemisferio sobre bases de igualdad.Su viaje a Suramérica se produce una semana después de mantener una cumbre bilateral en Monterrey con el presidente Carlos Salinas de Gortari para discutir la integración de México en la zona de libre comercio de América del Norte, en la que ya participan Estados Unidos y Canadá.

Funcionarios del Departamento de Estado subrayaron el hecho de que el viaje presidencial se producía en un momento en que han desaparecido las dictaduras militares del continente y han sido sustituidas por democracias todavía frágiles que la actual Administración está dispuesta a apoyar por todos los medios. "Estamos claramente a favor de una Suramérica democrática, no sólo porque creemos en la libertad, sino porque los países democráticos son unos socios mejores para afrontar conjuntamente el mundo de la posguerra fría", manifestaron.

En el aspecto puramente político, Bush presionará a sus interlocutores para que sigan en su línea actual de abandonar los programas armamentísticos iniciados por los regímenes militares.

Estados Unidos ha mostrado su satisfacción por el hecho de que los países más potentes militarmente en América del Sur, Argentina y Brasil, se han comprometido recientemente a desarrollar sus respectivas capacidades nucleares exclusivamente con fines pacíficos y han decidido suscribir el Tratado de Tlatelolco, que es el equivalente latinoamericano del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Igualmente, Washington mostró su complacencia cuando el presidente argentino, Carlos Menem, anunció la terminación de un proyecto balístico iniciado por la dictadura militar con financiación iraquí para producir el misil Cóndor de alcance medio.

En el plano político internacional, la situación en el golfo Pérsico será otro de los temas que Bush tratará con los presidentes latinoamericanos, que han apoyado hasta ahora la postura mantenida por Washington en Naciones Unidas, y uno de ellos, Menem, ha enviado un contingente naval para unirse al despliegue aliado en la zona.

En este contexto, el presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, ha tenido un papel determinante para evitar que se disparen los precios energéticos como consecuencia de la crisis en Próximo Oriente. A través de una carta personal entregada por el vicepresidente Dan Quayle, Bush pidió a Pérez que Venezuela, el país más rico en reservas de petróleo después de Arabia Saudí, incremente su producción de crudo para evitar una explosión en los precios que desestabilizara las economías occidentales. A los pocos días de recibir la petición, Venezuela ponía en el mercado un total de dos millones y medio de barriles diarios, medio millón la invasión de Kuwait.

El viaje del presidente norteamericano tiene también un importantísimo componente económico. Bush está entusiasmado con su iniciativa para las Américas, un ambicioso plan cuyo objetivo final a largo plazo es conseguir la integración de todo el hemisferio en una zona de comercio libre y quiere escuchar de primera mano las reacciones latinoamericanas a su proyecto, que, en principio, han sido totalmente positivas.

Funcionarios norteamericanos han puesto de relieve que económicamente los países latinoamericanos de América del Sur son mucho mucho más importantes para Estados Unidos que los del Este de Europa.

Dejando aparte consideraciones demográficas y de extensión, Estados Unidos exporta en la actualidad productos a Europa oriental por un valor de 1.400 millones de dólares mientras que sus exportaciones a Suramérica ascienden a 23.000 millones.

Bush dedicará buena parte de sus conversaciones a predicar la doctrina de la liberación del comercio y de la supresión de las barreras comerciales como única forma de robustecer las economías de esos países.

Su Iniciativa de la Américas combina por primera vez en un único proyecto las tres cuestiones más urgentes a que enfrentan los países latinoamericanos: comercio, inversión y deuda, aunque en esta última el plan de Bush sólo se refiere a las deudas de gobierno a gobierno y no a las de los países con los bancos comerciales, que suponen la parte principal del endeudamiento.

[Empleados y funcionarios de la Casa Blanca en Washington debieron ser evacuados evacuados ayer al producirse un incendio, que fue extinguido sin que se registraran dafios a personas, según informa Efe.]