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El mal de la piedra amenaza a la Alhambra

71 colunmas del patio de los Leones se encuentran en estado deficiente, según los expertos

Un total de 71 columnas, de las 124 del patio de los Leones de la Alhambra, se encuentran en estado deficiente. Los mismos problemas se reproducen en la catedral de Santiago de Compostela, según han dictaminado especialistas internacionales que acudieron a un simposio clausurado ayer en Granada. El tema del encuentro fue la degradación del patrimonio y el llamado mal de la piedra.

Según Margherita Asso, sobreintendente para los Monumentos Arquitectónicos de Venecia, no debe prohibirse la entrada a los monumentos a los visitantes, pese al riesgo de aumentar el deterioro del patrimonio histórico. Asso, en cambio, se muestra partidaria de regular el flujo de turistas y cree que la degradación es un proceso imparable.Sólo el mantenimiento continuado de los edificios monumentales puede interrumpir el proceso de degradación de la piedra, en el que intervienen numerosos factores, desde los medioambientales a los provocados por el hombre. Según Asso, no se puede establecer qué acción de desgaste es más importante, si la natural o la humana.

"Depende de muchas causas ", dice. "A veces, los responsables son las condiciones ambientales, como la contaminación atmosférica o la humedad. Pero en otras ocurre porque se hace un uso impropio de los monumentos. Los turistas estampan incluso su firma sobre los muros. La acumulación de viajeros, como es el caso de la basílica de San Marcos, desgasta el pavimento hasta el punto de tener que poner alfombras para evitar el contacto".

Ausencia de diagnóstico

En el caso de España, pese a ser uno de los países con un mayor patrimonio monumental, las restauraciones se acometen sin un diagnóstico previo, según señaló Emilio Galán, catedrático de Mineralogía de la Universidad de Sevilla y autor de un estudio sobre la corrosión del mármol en el patio de los Leones de la Alhambra.Las distintas administraciones dan partidas millonarias para rehabilitación, y los trabajos se acometen antes de precisarse las causas concretas del deterioro. Galán opina que el denominado mal de la piedra es una enfermedad genérica e imprecisa que engloba cada uno de los procesos particulares de erosión de un edificio.

El estudio realizado sobre el patio de los Leones ha durado cerca de dos años y ha conllevado múltiples mediciones y experimentos. Las enormes diferencias de temperatura que soportan las columnas y la figuras de animales que bordean la fuente es la principal causa del deterioro.

En los meses de verano, en un mismo día, la temperatura varía hasta 30 grados centígrados. Precisamente, las columnas orientadas al Sur -las más soleadas y las que escogen los turistas para hacer sus fotografías- son las que presentan mayores deficiencias. El propio Galán opina que quizá alguna de ellas, sobre todo las que padecen anomalías estructurales, deberán ser retiradas y cambiadas por otras.

El estudio ha logrado identificar el mármol utilizado en el patio. Se trata, en contra de lo que se sostenía hasta ahora, de mármol de Macael (Almería), cuyas canteras ya estaban abiertas hace siglos. Esto, según Galán, facilitaría el cambio. Sin embargo, respecto a los leones que circundan la taza de la fuente, el problema es más grave.

En un plazo de pocos años, las esculturas pueden perder los rasgos de la cara y la cabeza. Galán ha propuesto eliminar los escapes de agua originados por la rotura en el interior de los leones de las cañerías que transportan el líquido, así como disminuir las salpicaduras.

Sin embargo, agrega Galán, no se puede cortar el paso del agua, puesto que es la función más específica de una fuente. De esta misma opinión. han sido los restauradores italianos que remozaron no hace tanto la fuente de Trevi y la de la plaza de España, en Roma.

Pero de los daños ocasionados por el hombre se resienten no sólo espacios limitados, sino conjuntos enteros e incluso ciudades, como Venecia. En la Alhambra de Granada la decisión de restringir a 500 el número de las personas que al mismo tiempo pueden visitar la Casa Real produjo protestas de los guías turísticos y colas interminables en las horas punta. Margherita Asso se muestra partidaria de que sean los técnicos, y no los responsables políticos, los que regulen el número de visitantes y adopten las medidas necesarias para disminuir la acción de los agentes erosionadores.

Controlar a los turistas

"Es necesario controlar a los turistas porque día a día aumentan debido a la facilidad de los desplazamientos. Pero es imposible cerrar los monumentos. Todos los turistas, como humanos, tienen derecho a conocer un patrimonio que es de todos", dijo. Sin embargo, decisiones como la de limitar hasta cierto número los visitantes de una ciudad son "decisiones políticas". Margherita Asso considera "imposible y fantástica" la propuesta que un concejal del Ayuntamiento de Venecia hizo en este sentido hace algún tiempo. "Venecia es una ciudad como cualquier otra. ¿Cómo prohibir el acceso a una ciudad? ¿Con qué derecho?", se pregunta la sobreintendente.Asso cree que en Europa existe una preocupación común por la degradación monumental, aunque critica a las autoridades italianas, que sólo dotan con el 0,19% del presupuesto nacional al Ministerio de Bienes Culturales.

"Con ese dinero", dice, "no se puede hacer frente a la conservación del patrimonio, que en Italia es enorme". Asso, no obstante, cree que Venecia logrará salvarse, aunque siempre que pueda "haré notar los daños que sufre, sin ahorrar palabras".

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