Finaliza el encierro de 100 trabajadores norteafricanos en una iglesia de Ibiza

Más de un centenar de trabajadores norteafricanos que mantenían desde hace ocho días un encierro en la iglesia de la Santa Cruz de la ciudad de Ibiza anunciaron ayer el abandono de su actitud de protesta al haber obtenido un compromiso por parte de los representantes de la Administración central para agilizar los trámites de la legalización de la situación de 322 inmigrantes.

Un portavoz de Comisiones Obreras señaló que las delegaciones del Ministerio de Trabajo y del Gobierno manifestaron su intención de aplicar criterios de flexibilidad y rapidez en el estudio de los expedientes que esperan la obtención de permiso de trabajo y residencia, tal como fija la ley de Extranjería.Un total de 322 ciudadanos del Magreb, especialmente marroquíes, que viven en Ibiza desde antes de 1986, podrán acogerse a la regularización de su actividad laboral. En total, hay 800 norteafricanos -marroquíes en su inmensa mayoría y argelinos- que trabajan en la agricultura y la construcción y, en menor medida, la hostelería de Ibiza. La situación de estos trabajadores se ha agudizado con el fin de la temporada turística en la isla balear y la crisis de la construcción.

Ismael Almorabet, dirigente del Centro de Información de Trabajadores Extranjeros (CITE), declaró al iniciarse el encierro que la Delegación del Gobierno en Baleares recibió la documentación referente a la demanda de tramitación de expedientes en junio pasado.

Agilizar los expedientes

Sin embargo, la delegación entregó la lista a la policía que comenzó a requerir la comparencia en comisarías de los 322 trabajadores, según Almorabet. El dirigente de CITE agregó que la misma situación se había producido en Barcelona con los trabajadores marroquíes, en su mayoría, que fueron detenidos y después deportados a su país de origen el pasado verano.Los trabajadores decidieron abandonar su protesta después de que se entrevistasen el secretario general de CC 00 de Baleares, Manuel Cámara, y el delegado del Gobierno, Gerardo Garcías, quien prometió agilizar el estudio de los expedientes.

Los norteafricanos contaban con el apoyo del párroco de la iglesia donde realizaron la protesta, dado que, sin profesar la religión católica, siempre han respetado el recinto. Han participado entre 140 y 180 personas en la acción, que ocupaban por turnos la iglesia, ya que se limitó el acceso a la misma.