_
_
_
_
_

Genscher y Mazowiecki sellan en Varsovia el tratado fronterizo polaco-alemán

El último acto formal de la reunificación alemana se produjo ayer en Varsovia con la firma del tratado fronterizo polaco-germano por el que la nueva Alemania renuncia a los territorios orientales del antiguo III Reich, perdidos en favor de Polonia tras la II Guerra Mundial.

El primer ministro polaco, Tadeusz Mazowiecki, presente en el acto, selló la reconciliación fronteriza con una frase solemne tornada de una carta de los obispos polacos de 1965, en la que se perdonaba y se pedía perdón a los alemanes.En el tratado, que será ratificado en febrero próximo, "ambas partes confirman la frontera que existe entre ellas", tal como la trazan los anteriores acuerdos: el de 1950, firmado por Polonia y la desaparecida República Democrática Alemana, y el de 1970, suscrito por los gobiernos de Varsovia y Bonn. Según el documento, "la frontera es invulnerable ahora y en el futuro", mientras que los dos Estados se comprometen a respetar incondicionalmente su soberanía e integridad territorial".

El acto de la firma se celebró ayer a las doce y cuarto del mediodía en la sede del Gobierno polaco. En su discurso, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, se dirigió a sus compatriotas en los siguientes términos: "No renunciamos a nada que no hayamos perdido ya hace mucho tiempo a consecuencia de una guerra criminal y de un sistema criminal". Este acto, según Genscher, dificil o hasta doloroso para aquellos alemanes que debieron abandonar su patria en 1945 es "una decisión libre de los alemanes que nadie les ha impuesto".

Supresión de visados

El jefe de la diplomacia alemana subrayó la importancia del tratado para la paz y el nuevo orden europeos, y prometió su apoyo a Polonia y a otros países de Europa central a integrarse en el sistema de economía de mercado. Asimismo, anunció la supresión de visados de entrada en Alemania para los polacos.Mazowiecki recordó que la pérdida de los territorios orientales por Alemania fue "una consecuencia de la guerra". "A efectos de la decisión de las grandes potencias -vencedoras de la guerra-", señaló Mazowiecki, "Polonia perdió sus territorios orientales y obtuvo como recompensa tierras en el Oeste".

Esta decisión, "justa, ineludible e incuestionable", Genscher la convirtió ayer en "irreversible", según las palabras del primer ministro polaco, quien aseguró al mismo tiempo que la minoría alemana en Polonia "tiene y tendrá todas las condiciones necesarias para su desarrollo".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El camino que condujo a la firma del tratado fue largo y no estuvo libre de sobresaltos. El momento crucial para la suerte del tratado firmado ayer fue el encuentro que el pasado 8 de noviembre mantuvieron el canciller Kohl y el primer ministro polaco Mazowiecki. Kohl decidió apoyar a Mazowiecki en su lucha por la presidencia de Polonia frente al líder de Solidaridad, Lech Walesa, y dio el visto bueno para la Firma del tratado este mes de noviembre. Renunciaba de esta manera a la exigencia de suscribirlo junto con el acuerdo sobre colaboración y buena vecindad que recogerá también los derechos de la minoría alemana en Polonia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_