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Intento de retirar de la investigación al juez italiano que descubrió la red Gladio

Juan Arias

La principales fuerzas políticas que integran en Italia la coalición de Gobierno (democristianos, socialistas, socialdemócratas, republicanos y liberales) han convertido en blanco de sus iras a Felice Casson, al juez veneciano que descubrió la red Gladio, e intentan retirarle de la investigación tras su decisión de citar a declarar al presidente de la República, Francesco Cossiga.El joven magistrado, de 37 años de edad, que había trabajado hasta ahora en la sombra y que es muy poco amigo de protagonismos, es estimado por su seriedad profesional, por su independencia y por los resultados de su actuación durante estos 10 años como juez en Venecia, en los que llevó a cabo una serie de investigaciones muy delicadas, como el del tráfico de armas hacia Irán e Irak, presuntamente financiado por la Banca Nazionale del Lavoro, el escándalo del casino veneciano y, sobre todo, la muerte de tres carabineros en Peteano por la explosión de una bomba.

Fue precisamente en el curso de la investigación sobre el tipo de explosivo empleado en ese atentado contra los carabineros cuando Casson se dio de bruces con la existencia de unos servicios secretos paralelos: la red Gladio.

La decisión de Casson de interrogar, aunque sólo como testigo, al presidente Sandro Cossiga, no en su condición de jefe del Estado, sino por haber confesado días atrás que en 1966, cuando a la sazón era subsecretario de la Defensa, había trabajado en la reestructuración de la operación Gladio, de lo que se siente hoy "muy orgulloso", ha desencadenado una batalla jurídica sobre si Cossiga debe presentarse ante el juez o no. El presidente de la República pasó la responsabilidad de la decisión al Gobierno y éste ha decidido, a su vez, que sea el Tribunal Constitucional quien zanje la cuestión. Pero cuando esto ocurra, habrán pasado al menos cuatro meses.

A última hora de ayer, Francesco Cossiga, saliendo de su mutismo anunció que estaría dispuesto a testimoniar no ante el juez Casson sino ante la comisión del Parlamento sobre los servicios secretos y sobre la que se interesa del terrorismo. Según Cossiga, ésta es la sede más idónea teniendo en cuenta la dignidad de su cargo.

Ahora lo que se pretende es quitarle de las manos la investigación al pequeño David que ha osado desafiar al gigante Goliat -al Palazzo, es decir, a la clase política en el poder-. Ayer mismo, Amintore Fanfani -jefe del Gobierno en cinco ocasiones- se sometió al interrogatorio de Casson durante tres horas.

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