España propone un distrito único europeo para la enseñanza superior

Juan Rojo, secretario de Estado de Universidades e Investigación, propuso ayer al Consejo de Ministros de Educación Superior europeos, reunido en Siena (Italia), que la enseñanza universitaria se incorpore al Tratado de Roma y al Acta única Europea. Rojo pidió también que la comunidad universitaria de los Doce se integre en un distrito único hacia finales de este siglo.

La reunión de ministros cerró la conferencia celebrada en Siena del 5 al 7 de noviembre sobre El sistema universitario en 1992: perspectivas para el año 2000, organizada por la Universidad de Siena (que celebra este año el 750º aniversario de su creación), la comisión de Educación de la Comunidad Europea y el Ministerio de Educación e Investigación italiano. En la conferencia han participado 120 rectores de universidades europeas y otras personalidades relevantes de la educación superior de la CE.

Ante la fuerte competitividad científico-tecnológica de Estados Unidos y Japón, los representantes de las universidades europeas analizaron cómo actualizar su enseñanza universitaria, pero siempre sin olvidar su tradición en las ciencias humanísticas y sociales.

Las conclusiones de la conferencia de Siena fueron formuladas por el alemán Heinrich Seidel, presidente de la Conferencia de Rectores Europea, como "propuestas". Y ello porque parten del respeto a la multiplicidad y a la diversidad de los Estados miembros de la Comunidad Europea; a la general tendencia al desarrollo y a la descentralización y a la realidad que representa la actual evolución de las relaciones entre el Este y el Oeste, así como a la necesidad de potenciar rio sólo la movilidad de profesores y estudiantes, sino también la de las ideas y las adaptaciones a las situaciones diversas.

Propuestas a los Estados

Entre dichas propuestas sobresalen las que se formulan directamente a los Estados, y que se refieren a la conveniencia de crear un consejo europeo de investigación y programas comunes de formación permanente de los profesores.

A los gobiernos se les propone que se esfuercen en desarrollar programas internos y de movilidad al margen de los programados por la CE; y a las, universidades, que desarrollen los medios y situaciones para la promoción individual, poner en funcionamiento elementos comparativos con las demás universidades, y que las ofertas de posibilidades de movilidad estén presentes en los centros. Todo ello, según la Conferencia de Rectores, debe conjugarse con un fuerte impulso de una política de investigación fundamental.

Rojo razonó la proposición de que se incorpore la enseñanza superior al Tratado de Roma, subrayando que investigación y desarrollo son inseparables de este nivel educativo. "Parece difícilmente concebible", dijo, "que las políticas de I+D previstas en el Acta Única puedan realizarse si no se llevan a cabo acciones de coordinación europea en el terreno de la enseñanza superior".

En cuanto a la conveniencia de caminar hacia un distrito universitario único europeo, el secretario de Estado, basándose en la importancia de la movilidad estudiantil, explicó que sería un sistema en virtud del cual un alumno podría estudiar en cualquier país de la CE con la única "tarjeta de visita" posible: sus calificaciones académicas.