Los colegios farmacéuticos darán libertad de conciencia, en la venta de anticonceptivos

El secretario del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, José Vélez, minimizó ayer la repercusión que pueda tener entre los profesionales la consigna vaticana que aconseja ejercer la objeción de conciencia a la venta de productos anticonceptivos. El organismo respetará las posturas individuales, pero actuará "si se produjera un rechazo absoluto con repercusiones sociales".

El Consejo General de Farmacéuticos espera a conocer el contenido exacto del llamamiento del Papa del que informaba ayer EL PAíS, para emitir una opinión oficial. No obstante, su secretario restó importancia a la repercusión entre los profesionales en lo que atañe a la venta de anticonceptivos "cuya venta está generalizada en el 97% de las farmacias españolas", aseguró.El secretario del organismo recordó que otros establecimientos pueden suplir a las farmacias que se nieguen a dispensar estos productos. Se refería, sin duda, a casos similares al de la localidad jienense de Bailén, donde los mozos acuden a un taller de neumáticos para proveerse de condones, ante la objeción de conciencia de tres de las cinco farmacias del pueblo controladas por una misma familia.

Según Vélez, todos los farmacéuticos están obligados a dispensar píldoras anticonceptivas avaladas por una receta médica. "Otra cosa son las barreras físicas y mecánicas a la concepción como los preservativos o los dispositivos intrauterinos, cuya venta no es obligatoria", matizó.

En este caso el organismo Colegial respetará la libertad de conciencia de sus asociados, si bien Vélez reconoció que la aparición del sida ha vencido las últimas resistencias de los fármacéuticos contra los preservativos. "Hoy es el único medio preventivo posible", afirmó. En este sentido, los farmacéuticos se muestran dispuestos a colaborar con la administración sanitaria, e incluso a firmar un protocolo, si fuera necesario, según declaró José Vélez.

Hasta la aprobación definitiva de la nueva Ley del Medicamento, la legislación española en esta materia se rige por una normativa de 1965, que no incluye los productos anticonceptivos entre las prestaciones de carácter obligatorio. El Ministerio de Sanidad, que avala una reciente campaña de promoción de preservativos para evitar los embarazos no deseados entre los adolescentes, no quiso ayer hacer comentario alguno sobre el mensaje papal y su repercusión.

Intolerancia

Juan Pablo II pidió a todos los farmacéuticos del mundo que "se hagan distinguir como católicos", y profesen activamente contra la venta de todos aquellos productos que "directa o indirectamente puedan ser utilizados contra la vida". Con ello el papa Wojtyla les conminó a anteponer los principios de la fe y la moral a las "ganancias".Para Magdy Martínez Sol¡mán, director general del Instituto de la Juventud, el Papa es "intolerante" en este aspecto. "Es un personaje híbrido, conservador en el tema de los anticonceptivos y, sin embargo, muy progresista en cuestiones políticas", declaró ayer a la agencia Efe durante una visita a Zaragoza.Carmen Martínez Ten, directora del Instituto de la Mujer, si lamentó las posibles consecuencias sociales de este llamamiento, "teniendo en cuenta que los farmacéuticos son pieza clave de la campaña iniciada", dijo. Confía, no obstante, en que los folletos informativos especialmente dirigidos a los profesionales farmacéuticos "puedan contrarrestar esta iniciativa". "La objeción de conciencia es totalmente lícita en una sociedad libre, pero si esto produjera un perjuicio grave a los ciudadanos, creo que la Administración debería intervenir para asegurar la distribución de los productos", concluyó.