Saber no es adivinar

El Comité Universitario de Estados Unidos, organización que trata de unificar criterios en el gigantesco mundo académico de este país, ha decidido cambiar el formato de los exámenes de selectividad, el temido Scholastic Aptitude Test (SAT). A partir de 1994, los estudiantes que accedan a una universidad no sólo deberán responder a preguntas en forma de test; también deberán demostrar que saben.

Las revisiones del SAT, anunciadas el pasado miércoles por los responsables del citado comité, están respaldadas por la Harvard University y la Universidad de Califórnia, entre otras instituciones. Los cambios introducidos en este examen servirán para poner más énfasis en la capacidad de interpretación de los aspirantes universitarios. El SAT es un examen selectivo que se instauró hace 64 años.Por primera vez en muchos años, las quinielas, preguntas con cuatro respuestas entre las que se debe elegir la correcta, dejarán de ser el único sistema para conocer si un estudiante está realmente preparado para ingresar en la universidad. Los educadores que han elaborado los nuevos modelos de exámenes, considerados como una "revolución" en EEUU, han explicado que a partir de 1994 los alumnos deberán responder a preguntas de todo tipo e interpretar frases, "lo que permitirá conocer con mayor exactitud su verdadero nivel educativo e intelectual".

Los nuevos formatos del SAT, en los que se ha trabajado durante tres años, permitirá el uso de máquinas de calcular en los apartados matemáticos y demostrará algo tan básico como si los aspirantes saben leer y escribir.

Donald M. Stewart, presidente del College Board, el comité encargado de reestructurar el SAT y que representa a 2.700 centros académicos, ha declarado que los cambios introducidos en el examen eran "vitales".

Algunos grupos minoritarios y algunas comunidades universitarías que agrupan a estudiantes extranjeros califican el nuevo modelo como "una desventaja" y ven en la inclusión de las pruebas de ensayo "una forma de discriminación cultural".