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Thatcher acusa a la CE de ir a una Europa federal "por la puerta falsa"

Margaret Thatcher defendió ayer en la Cámara de los Comunes su resistencia a aceptar los planes sobre la unión económica y monetaria concebida por Jacques Delors y asumida por el resto de la Comunidad Europea. "Lo que proponen ahora es la puerta falsa para la Europa federal", señaló la primera ministra, quien, aun denostando esa idea, no quemó todas sus naves y dijo estar dispuesta a seguir colaborando con sus 11 socios, aunque delegó en futuras generaciones la eventual renuncia a la libra esterlina.

En una atmósfera políticamente cargada, en la que en diversas ocasiones se hicieron emocionales referencias a la historia y al ejemplo que el Reino Unido dió al mundo, Margaret Thatcher informó a los Comunes del resultado de la reciente cumbre de Roma.La primera ministra acusó a la Comunidad de "encontrar más difícil el tomar decisiones urgentes [por la reducción de subvenciones a la agricultura] que discutir conceptos a largo plazo", pero el firme tono de su intervención estuvo desprovisto de la virulencia con la que se manifestó al concluir la reunión en la capital italiana. "El Reino Unido pretende formar parte del futuro desarrollo político, económico y monetario de la Comunidad Europea", dijo Thatcher de forma contemporizadora. "Cuando llegue el momento de negociar puntos concretos en vez de generalidades creo que se hallarán soluciones para que la Comunidad avance conjuntamente".

Thatcher se manifestó dispuesta a progresar hacia la unión económica y monetaria y la moneda única, pero reiteró que no está dispuesta aceptar la imposición de una divisa única ni a entregar la libra, cuestión que "habrá de ser debatida y aceptada libremente por futuras generaciones".

La oposición criticó a Thatcher por su postura en Roma, por delibitadora de su capacidad de defender los intereses británicos, y le preguntó si no sabía que los compromisos asumidos en el pasado llevan por el camino que proponen los otros once países miembros. El líder de los demócrata-liberales, Paddy Ashdown, le echó en cara que no hablaba en nombre del Reino Unido, sino en el del pasado.

El debate puso de manifiesto cómo la cuestión europea plantea conflictos de lealtades que superan la barrera ideológica -con excepción de los demócrata-liberales, que han elegido el europeísmo como bandera- y que dividen al, Gobierno. Parlamentarios conservadores se manifestaron en favor de Europa y laboristas hubo que se pronunciaron en contra. David Owen, líder del disuelto Partido Social Demócrata y ex ministro de Exteriores laborista, animó a Thatcher a hacer uso del veto.

Geoffrey Howe, viceprimer ministro, publicaba ayer en la revista International Affairs un artículo a favor de Europa que ha llevado a algunos conservadores a acusarle de irresponsable y a pedir su dimisión.

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