Maestro
Este recital fue organizado por la Universidad Politécnica de Madrid y viene a ser una nueva asunción de la jerarquía de la música flamenca al máximo nivel académico. El gesto fue correspondido adecuadamente: por parte de Paco de Lucía, con una música de dioses, y por parte del público, con una rendición sin condiciones, apasionada y colmada de fervor.El magisterio actual del toque de Paco de Lucía cuenta con un reconocimiento unánime, único en el flamenco; ni siquiera el cante de Camarón de la Isla -por poner un ejemplo muy visible- goza de tan generalizado asentimiento. Paco de Lucía es el maestro indiscutible, a partir de¡ cual la guitarra flamenca ha ido explorando no sólo un nuevo lenguaje expresivo, sino incluso una nueva concepción del toque jondo, más rica y plural, directamente atenta -y muy atenta- a otros géneros de la música moderna. Sin la referencia a Paco de Lucía, el prodigioso salto hacia adelante de la guitarra flamenca, una auténtica revolución en la última década, sería incomprensible e inexplicable. Y de esto pueden dar fe tantos guitarristas de las jóvenes generaciones que estuvieron allí en masa.
Paco de Lucía
Con los guitarristas Juan Manuel Cañizares y José María Bandera. Madrid. Teatro Monumental, 20 de octubre.
Consagración
Lo que oímos esta noche de otoño en Madrid no fue más que una reiteración, una confirmación, una consagración de lo que hemos oído otras muchas veces a Paco de Lucía. Más flamenco aún si se quiere, pues prescindió del grupo multiinstrumental de otras ocasiones para limitarse al toque en solitario o acompañado por una o dos guitarras también flamencas y admirables, que es muy difícil tocar junto a un maestro como el de Lucía y estar a su altura las de Cañizares y Bandera.
Oír a Paco de Lucía en estas condiciones es un. lujo y un gozo. Su toque se remonta a una profundidad, y no estoy haciendo un artificioso juego de palabras, increíble. Es ese toque jondo que alegra y duele, que se traslada en' comunión a una audiencia paralizada por el asombro y la gratitud. Incluso en las piezas más convencionales y no necesariamente flamencas, como los títulos de Falla. Y aun cuando le acompañaban sus dos colaboradores, en que la música tenía lógicamente mayor brillantez y espectacularidad, su guitarra se distinguía con partes de una increíble belleza. No es posible, no es posible, piensa uno. Pero abrimos los ojos y ahí está paco de Lucía. Ahí está la magia de la guitarra flamenca. Ahí está.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.