Príncipe entregó el premio al pueblo ejemplar de Asturias a San Esteban de Cuñaba
El heredero de la Corona, don Felipe de Borbón, que se encuentra en Asturias desde el pasado jueves, se desplazó ayer a la localidad de San Esteban de Cuñaba, un núcleo de montaña en el extremo oriental de la región, para hacer entrega a su centenar escaso de vecinos del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias. El Príncipe se comprometió a apadrinar, el próximo mes de diciembre, al primer niño que nacerá en esta población después de 17 años.Por la tarde, se desplazó a la cuenca minera del Nalón, donde visitó un polígono industrial y mantuvo un encuentro con trabajadores de las minas de carbón y con los miembros de la brigada de salvamento minero.
A primeras horas de la mañana se había reunido con los representantes de las comunidades sefardíes que se encuentran en Oviedo, hasta donde se desplazaron esta semana, desde diversos países, para recibir el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Hoy, don Felipe viajará al parque natural de Somiedo, uno de los parajes de mayor valor ecológico de la región y la mayor reserva de osos pardos de España.
Don Felipe de Borbón almorzó ayer con los vecinos de San Esteban de Cuñaba, una localidad del municipio de Peñamellera baja, en las estribaciones de los Picos de Europa, al que un jurado integrado por representantes de la Fundación Principado de Asturias y el Gobierno autónomo designó meses atrás como pueblo ejemplar de la región 1990 en virtud de los méritos de sus habitantes. San Esteban llegó a quedar prácticamente deshabitado hace sólo unos años como consecuencia del éxodo poblacional hacia las ciudades, pero en muy poco tiempo ha vuelto a recobrar la antigua vitalidad, merced al esfuerzo de un merecido grupo de entusiastas vecinos.
Cuatro millones de premio
El galardón, dotado con cuatro millones de pesetas, no premia, sin embargo, tan sólo el esfuerzo realizado en la recuperación de un núcleo ancestral de población que prácticamente había desaparecido, sino también el trabajo de sus pobladores en la reconstrucción de las edificaciones tradicionales, la recuperación del hábitat, la restauración del patrimonio histórico artístico del lugar, la conservación del entorno natural mediante la repoblación forestal con todo tipo de árboles autóctonos y la colaboración con organizaciones ecologistas para la conservación de especies en vías de extinción.
El Príncipe de Asturias departió con la totalidad de los habitantes de este núcleo, enclavado en un paraje de gran belleza, y que aún hoy carece de teléfeno.
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