_
_
_
_
_

Dimite el ministro del Interior italiano tras aumentar la criminalidad mafiosa

Juan Arias

Antonio Gava, un napolitano de 60 años que está considerado -después del primer ministro italiano, Giulio Andreotti- como el hombre más poderoso de la Democracia Cristiana (controla a un 35% de sus afiliados), dimitió el lunes como ministro del Interior por "motivos de salud". Gava se había visto envuelto en una polémica a causa del aumento de la criminalidad mafiosa mientras ocupaba el cargo.

Andreotti se ha tomado tan sólo 24 horas para nombrar a su sucesor y, para evitar un nuevo golpe a su ya tambaleante Gobierno, lo ha sustituido por Vincenzo Scotti, también napolitano, de 57 años, de la misma corriente centrista de Gava y que había sido ya varias veces ministro y vicesecretario del partido. Scotti prestó ayer juramento de su cargo ante el presidente Francesco Cossiga.Antonio Gava, que había soñado toda su vida con llegar al Viminale (el edificio del Ministerio del Interior, que nunca en la historia republicana ha dejado la Democracia Cristiana), se ha ido tras haberse visto envuelto en una durísima polémica al haberse agudizado alarmantemente bajo su mandato la criminalidad mafiosa, y después de desaparecer durante 45 días por agravarse su diabetes.

No obstante, ha querido precisar, con el carácter que siempre lo ha distinguido, que dimite, pero que no se retira de la política y quiere trabajar dentro del partido. Se va "por propia voluntad", ha señalado, y no porque lo pidieran los comunistas. Hay hasta quien especula con que lo que ahora pretende el poderoso Gava es prepararse el terreno para sustituir a Arnaldo Forlani al frente de la Democracia Cristiana, un cargo que, a pesar de su fuerza interna, nunca ha podido conseguir anteriormente.

Gava ha sido siempre un hombre que no ha escondido sus ambiciones políticas y que ha demostrado una increíble habilidad para mantener siempre en pie: su poder, sobreviviendo, como Andreotti, a mil escándalos y acusaciones. Ha sabido adaptarse, dentro del partido, a todas las corrientes, intuyendo siempre cuál iba a ser la vencedora. Hombre de centro y conservador, apoyo, sin embargo, al progresista Ciriaco de Mita cuando éste se convirtió en líder indiscutible, y lo abandonó en cuanto empezó a disminuir su influencia.

Hay quien asegura que Gava está de verdad gravemente enfermo, aunque él lo niega. Dice que únicamente se siente cansado. Pero muchos esperan que vuelva a resucitar. Por otra parte, tanto los republicanos como los socialistas, que están muy incómodos con el actual Gobierno y que piensan ya en elecciones anticipadas antes de que el Partido Democrático de Izquierdas (antiguo PCI) de Achille Occhetto tenga tiempo para organizarse y afianzarse, han dado a entender que a Andreotti sólo le dan tiempo de acabar en paz el semestre de presidencia de la CE.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_