El último escollo

Luis García Espinosa, representante de la empresa constructora Geysa, estuvo a punto de perder el avión de las líneas aéreas iraquíes que trasladó a Jordania a los 19 españoles procedentes de Bagdad. Un escollo legal de última hora le retuvo en despachos de ministerios, y Espinosa pensó que se quedaba solo en Irak. "No hubiéramos partido sin él", afirmó Gustavo Villapalos."El problema fue que una ley promulgada el 19 de septiembre establecía que ninguno de los responsables de las empresas extranjeras con contrato vigente en el país podía, salir de Irak. Y Yo estaba en ese caso", explicó el empresario andaluz. Como consecuencia del embargo económico decretado por la ONU, el Gobierno de Sadam Husein dispuso que todas las propiedades extranjeras quedasen en manos del Estado.

Cuando todo estaba dispuesto para el embarque, Espinosa y tres españoles más residentes en Irak recibieron la notificación de que debían presentar él certificado de finalización de contrato. En el caso de Luis García Espinosa su tramitación fue más lenta y la burocracia iraquí parecía echar por tierra las ilusiones del empresario por viajar con todo el grupo.

"En un momento dado, el funcionario que me atendía me dijo: 'Como usted ya ha perdido el avión, vuelva mañana'. En ese momento, me cayó una losa encima". Espinosa, sin embargo, prosiguió efectuando gestiones y pudo conseguir el necesario certificado, "de buena conducta". Sudoroso llegó al aeropuerto, donde fue recibido con un cerrado aplauso por sus compañeros de infortunio.