Reunida la pintura del Renacimiento aragonés

El siglo XVI en Aragón puede considerarse como una de las etapas más brillantes de su historia artística. No sólo por el número de obras realizadas, sino también por el nivel de calidad que alcanza. Así lo cree Carmen Morte, profesora titular de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza y comisaria de la exposición Aragón y la pintura del Renacimiento, que incluye por primera vez 54 grandes obras de casi 20 artistas de la época.

La muestra, cuya preparación ha llevado más de año y medio de trabajo, permanecerá hasta el 30 de noviembre en el museo Camón Aznar de Zaragoza.El antiguo reino de Aragón supuso un foco de atracción para los artistas de fuera, cuya presencia es diversa y continuada a lo largo de todo el siglo XVI. Cuenta con mecenas que financian obras de arte como el duque de Villahermosa o el arzobispo de Zaragoza Hernando de Aragón. Atraidos por este mecenazgo se dan cita en Aragón artistas como el escultor valenciano Damián Forment, o los pintores El Maestro de Bolea, los italianos Pietro Morone y Tomás Peliguet, o los flamencos Roland de Moys y Pablo Scheppers.

Varias circunstancias concurren en la exposición: por primera vez se ven obras de "extraordinaria calidad" que muchas de ellas sólo eran conocidas por los expertos, y la mayoría han sido restauradas para la ocasión tras un proceso de investigación en el que se ha descubierto alguna intervención para tapar desnudos. Destaca la generosa participación de instituciones en la cesión de cuadros o en las restauraciones.

La muestra sigue un criterio cronológico en el que se refleja la evolución formal de la pintura aragonesa del Renacimiento, a través de sus artistas y discípulos. La pintura aragonesa de esta época tiene influencias de Italia y Flandes, aunque posee "su propia peculiaridad". Al igual que en el resto de España, estuvo ligada a la cultura religiosa, "lo que implicó una matización de las propuestas del modelo italiano y un Renacimiento basado en un humanismo cristiano", según Morte.