Libaneses y sirios preparan el asalto contra el feudo del general Aún en Beirut
Milicias cristianas de las Fuerzas Libanesas (FL) de Samir Geagea, tropas regulares que obedecen al presidente Elías Haraui y, por primera vez en las últimas semanas, efectivos del Ejército sirio se lanzaron ayer contra el reducto del general libanés rebelde Michel Aún en el antiguo recinto presidencial libanés de Baabda, al noreste de Beirut.
"Han venido para matarnos", dijo Aún a una emisora de radio francesa poco después de que empezaran las escaramuzas. Y faltó poco para que el propio general pagara con su vida cuando, en medio de una operación de repliegue de sus fuerzas, alguien le disparó con un revólver en medio de una multitud que le aclamaba junto al palacio de Baabda. Sin embargo, soldados de Aún próximos al agresor consiguieron desviar el brazo del pistolero, cuyos disparos hirieron a un guardaespaldas y otras balas se alojaron en un muro. Mientras, el general rebelde era arrojado al suelo y protegido por los cuerpos de sus hombres de confianza.Las tropas del general Aún, que no reconoce la autoridad de Haraui y el pacto por el que se consiente la presencia militar siria en Líbano, están decididas a mantener una resistencia numantina todo lo que puedan, de modo que contraatacaron a las FL y a los sirios con los carros de combate de que disponen. .
El fragor de los combates provocó un éxodo de miles de civiles de los barrios de Ashrafié y Nabá (en el sector cristiano de Beirut), que buscaron los antiguos pero siempre dispuestos refugios subterráneos.
Poco después de que en la noche del pasado jueves el presidente Haraui se dirigiera a la nación, unidades de élite sirias -popularmente conocidas como panteras rosas por el predominio del color rosado en su indumentaria de camuflaje- apoyadas por carros de combate y artillería pesada comenzaron a desplegarse en torno al bastión en poder de Aún para reforzar las posiciones de las FL. Para añadir más tensión, si cabe, cazabombarderos israelíes Sobrevolaron la capital libanesa rompiendo la barrera del sonido en la vertical de Beirut, lo que provocó los consiguientes estampidos y el pánico entre la población civil, que dio como seguro el comienzo de los combates o lo que el propio Aún ha calificado como Ia batalla final" en su declaración a la emisora francesa.
Los periodistas pidieron al general rebelde que evaluara el alcance del ataque combinado de sirios y milicias cristianas de Geagea -antes aliadas de Aún-, a lo que respondió: "Tratan de aplastarnos y solamente tenemos una elección: resistir. No podemos aceptar que se nos imponga por la fuerza o por la presión militar una rendición".
A primeras horas de la tarde de ayer, el enclave en poder de Aún estaba totalmente cercado y las carreteras y caminos de acceso cortados.
El primer movimiento de las tropas sirias, a cuyo mando se encuentra el jefe de los servicios de espionaje sirios en Líbano, el general Ghazi Kannan, fue la colocación de sus baterías artilleras a 700 metros de la frontera del enclave, mientras la infantería cavaba trincheras y levantaba fórtificaciones.
Pese a esta implicación total de las fuerzas sirias en el conflicto entre cristianos libaneses, Damasco guarda silencio oficial sobre el despliegue de sus tropas y los medios de comunicación sirios se limitaron a reproducir el discurso del presidente del Parlamento libanés, Husein Huseini, que ayer agradeció el apoyo de Sirla para el restablecimiento de la legalidad política en Beirut.
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