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"Los jesuitas están disponibles para ir a donde el Papa les mande", dice Kolvenbach

Francesc Valls

El superior de la Compañía de Jesús, Peter Hans Kolvenbach, aseguró ayer en Loyola (Guipúzcoa) que las relaciones con la Santa Sede son buenas y los problemas graves se han terminado. Kolvenbach afirmó: "Los jesuitas tienen disponibilidad para ir allí a donde el Papa les mande". El prepósito general de la Compañía, en un gesto sin precedentes, se sometió a algunas preguntas directas de los medios de comunicación españoles y extranjeros precisamente el mismo día en que los jesuitas celebraban el 4501 aniversario de su fundación.

Kolvenbach reafirmó la línea de su antecesor, el vasco Arrupe, al asegurar que la orden que dirige reitera "su compromiso histórico con los pobres, por los derechos humanos y por la paz". "América Latina ha abierto los ojos a la Compañía sobre los pobres", dijo Kolvenbach, quien estaba acompañado por sus asesores de gobierno. "En la Iglesia hay un desplazamiento: el 75% de los católicos están en el Tercer Mundo", manifestó el general, que añadió que de los novicios jesuitas, el 65% proviene de los países más pobres, el 10% del segundo mundo y el 25% del primero.Kolvenbach quiso dejar patente lo que ha venido a demostrar la congregación de provinciales de la orden reunida durante cinco días en Loyola: las relaciones con la Santa Sede son buenas. El prepósito general tuvo elogios para la encíclica papal Sollicitudo rei socialis.

Esta concordia con Roma ha presidido la reunión de superiores provinciales que ha tenido también como protagonistas a los jesuitas provenientes de países del Este de Europa. Alguno de éstos, el provincial de Eslovaquia, ha permanecido 20 años en un campo de trabajo. La persecución de los regímenes totalitarios europeos origina que los miembros de la Compañía tengan distintas percepciones en temas como la justicia social y el compromiso con los pobres.

Así, los jesuitas que proceden del Este europeo no quieren oir hablar del recurso al materialismo histórico marxista que en algunos casos utilizan los teólogos de la liberación. A pesar de ello, no se puede hablar de choque entre los jesuitas procedentes del Tercer Mundo y los que han padecido los regímenes del llamado socialismo real, según fuentes de la Compañía. "Cuando en algunos países del Tercer Mundo los poderosos nos acusan de ser comunistas nosotros les decimos: miren como nos trataron en el Este de Europa", declaró un asistente a los actos de Loyola.

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