Gorbachov se opone al plan de Solzhhenitsin para la creación de una Unión Rusa exclusivamente eslava

El presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, criticó las ideas que Alexandr Solzhenitsin expuso la semana pasada, defendiendo la creación de una gran Unión Rusa con los pueblos eslavos, y dijo que, como político, no podía aceptarlas, aunque tuvo palabras de respeto para el premio Nobel. La discusión sobre la futura estructura del Estado soviético, que ha de ser fijada en el Tratado de la Unión, se convirtió en el Parlamento en una discusión con el escritor, que en su tiempo fue expulsado del país y que reside en Estados Unidos.

"Lo que ha escrito Solzhenitsin debe ser analizado seriamente. Lo exige tanto el contenido como la personalidad del autor", dijo Gorbachov, después de que un diputado le pidiera una opinión sobre el ensayo del novelista. Después de una segunda lectura, el presidente confesó que tenía "sentimientos muy contradictorios", reconociendo que "sin duda es un gran hombre".Pero el presidente dijo que no podía aceptar la idea de Solzhenitsin de limitarse a un Estado eslavo formado por Bielorrusia, Rusia, Ucrania y gran parte de Kazajstán.

"Como ruso comparto completamente la preocupación por el destino del pueblo ruso, por el destino de Rusia. Pero al mismo tiempo, como ruso, decididamente no puedo estar de acuerdo con la posición de Alexandr Isáievich con respecto a los otros pueblos. Lo menos que se puede decir es que es una posición irrespetuosa", señaló Gorbachov.

El líder soviético no comentó la negativa evaluación de sus intentos de reforma hecha por Solzhenitsin, ni los ataques contra los 72 años de poder comunista, sino que se concentró en las ideas políticas de éste. Solzhenitsin "está en el pasado", como lo está "la antigua Rusia y la monarquía zarista", afirmó Gorbachov. "Todo eso es inaceptable para mí. Me considero un demócrata, incluso más, un demócrata con ideas radicales", agregó.

A pesar de las dificultades que enfrenta la URSS en el plano de las relaciones interétnicas, el presidente se mostró optimista al declarar que creía que los esfuerzos por crear una unión regenerada en la que vivieran armónicamente las 130 naciones que pueblan el país tendrían éxito.

"Estoy convencido de que pronto encontraremos la armonía que buscamos, a pesar de todas las tragedias, pérdidas y víctimas que la URSS ha sufrido", dijo Gorbachov. Refiriéndose a Rusia, manifestó: "En la etapa actual veo un nuevo papel y una nueva responsabilidad de la Federación Rusa y el pueblo ruso. Porque la Federación Rusa no es sólo el pueblo ruso, sino decenas y centenares de otros pueblos. Estoy seguro de que los rusos, independientemente de donde vivan, serán fieles al internacionalismo, a la amistad y a la colaboración, y que mostrarán todas las riquezas del alma rusa".

Durante las discusiones sobre el futuro tratado se propuso cambiar el nombre de la URSS. Gorbachov apoya el nombre de Unión de Estados Socialistas Soberanos, reafirmando su opción por el socialismo y reconociendo al mismo tiempo la independencia de las repúblicas. La delegación de Kazajstán propuso el nombre de Unión de Repúblicas Soviéticas Soberanas, y un grupo de diputados reforrnistas, el de Unión de Repúblicas Euroasiáticas, idea del desaparecido premio Nobel de la Paz Andréi Sájarov.

El futuro Tratado de la Unión está ligado a la discusión sobre la reforma económica. Una de las tres diferencias fundamentales entre el programa gubernamental y el de Stanislav Shatalin se refiere justamente a la futura estructura de la URSS. El primero desea conservar el Estado centralizado, mientras que el segundo aboga por una unión económica en la que las repúblicas financiarán sólo algunas instituciones centrales.