Arabia Saudí expulsa a 20 diplomáticos del reino hachemí y a 30 de Yemen Jordania se prepara para racionar la gasolina
ENVIADO ESPECIALEl Gobierno jordano celebró ayer una reunión extraordinaria para estudiar las consecuencias de] cese de los envíos de petróleo saudí. El ministro de Energía informó que el reino hachemí va a intentar encontrar nuevos provee dores en Libia, Argelia e Irán, pero de momento ha preparado un plan de racionamiento del combustible. El Ministerio saudí de Exteriores confirmó la expulsión del país de 20 diplomáticos jordanos y 30 yemeníes v un número no determinado de iraquíes. El rey Hussein hizo anoche un llamamiento en la televisión norteamericana para hallar un acuerdo negociado que permita la retirada inmediata de las tropas de EE UU y los aliados occidentales de la región del Golfo.
La jornada de ayer fue una de las más tensas que Ammán ha vivido desde el pasado 2 de agosto, día de la invasión iraquí de Kuwait. Por la mañana, el ministro jordano de Energía, Thabet al Taher, confirmó que su país había sido informado por Arabia Saudí del cese inmediato del suministro de 35.000 barriles diarios de petróleo, cantidad que representa la mitad de las necesidades del reino hachemí. El pasado agosto, como compensanción por la paralización de la mayoría de las importaciones de petróleo iraquí, Arabia Saudí se comprometió a, suministrar a Jordania esos 35.000 barriles diarios.La primera reacción de los medios diplomáticos occidentales en Ammán fue el unánime comentario de que las represalias saudíes sólo servirán para empujar a la pequeña y pobre Jordania a los brazos de Irak, su poderoso vecino oriental.
Hace cuatro semanas, los jordanos anunciaron ya que no podían prescindir por completo del petróleo iraquí y que se veían obligados a seguir comprando una cierta cantidad del mismo, máxime cuando Bagdad se lo ofrecía a la mitad de su actual precio de mercado. Los 35.000 barriles diarios enviados por Arabia Saudí, dijeron entonces los jordanos, no eran suficientes para llenar el hueco dejado por el crudo iraquí. Antes del estallido del conflicto del Golfo, Irak cubría el 83% de las necesidades jordanas.
Cierre del grifo
Con el cierre del grifo saudí, el reino hachemí va a tener que volver a abastecerse casi por completo en Irak, afirmó ayer el economista jordano Riad al Juri. "Nuestros amigos en Londres y Washington", dijo Al Juri, "empezarán a aullar en cuanto vean que Jordania rompe el embargo". La posibilidad de que Jordania abra un brecha importante en el bloqueo a Irak puede amenazar la actual estrategia norteamericana en el conflicto del Golfo, consistente en esperar un tiempo para ver si las sanciones contra Irak son suficientes para obligarle a retirarse de Kuwait.
[El ministro saudí del Petróleo, Hicham Nazer, dijo que su país reanudará el suministro a Jordania tan pronto como este país pague lo que debe, informa France Press].
El segundo gran acontecimiento de la jornada fue la información difundida por la agencia Reuter según la cual Arabia Saudi había decidido expulsar a una veintena de diplomáticos jordanos y una treintena de yemeníes. Según la citada agencia, una fuente oficial del Gobierno jordano había declarado a uno de sus reporteros: "Nuestra Embajada en Riad [la capital saudí nos ha notificado que 20 de sus miembros, incluidos los agregados comercial, laboral, militar y cultural, han recibido de las autoridades saudíes una invitación para abandonar el país en el plazo de una semana".
Anoche, en una entrevista en directo concedida a la cadena norteamericana de televisión por cable CNN, el rey Hussein calificó de "posible montaje" la información de la expulsión de Riad de los diplomáticos jordanos. El monarca hachemí dijo textualmente: "No tengo conocimiento de esa medida. Dudo que tengamos tantos diplomáticos en Riad". Poco después era oficialmente confirmado por el Ministerio saudí de Exteriores.
Consecuencias
En cualquier caso, las consecuencias políticas del enfado saudí son impredecibles. Los sentimientos proiraquíes de la inmensa mayoría de la población jordana o palestina del reino hachemí se dispararon ayer.
El rey Hussein, que navega entre dos aguas, ve reducido aún más su campo de maniobra. Viene intentando el milagro de no romper sus tradicionales buenas relaciones con Occidente ni tampoco su amistad con Sadam, su principal socio político y económico y el personaje más popular hoy en su reino. Consciente de que un conflicto bélico amenazaría de muerte a Jordania, Hussein hace todo lo posible por agotar los medios diplomáticos para resolver la crisis.
En la entrevista de anoche a la CNN, el monarca jordano volvió a condenar la invasión de Kuwait, pero alertó contra las "graves consecuencias" que puede tener la prolongación de la presencia militar de Estados Unidos y de otros países occidentales en el país de La Meca y Medina.
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