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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Don Gabriel y los demonios

Al leer en EL PAÍS del pasado 2 de septiembre la entrevista que le hacen a nuestro don Gabriel García Márquez (y no puedo dejar de decirle nuestro porque es nuestro), la leo y la releo, sobre todo en lo que toca a los demonios.Debo decir a don Gabriel que la admiración que por él se siente en Nicaragua es fuera de lo común; grandes y chicos, desde Pablo Antonio y Ernesto Cardenal y Fernando Silva a los universitarios, unos porque se sienten tal vez acompañados por la soledad de cien años, otros chicos por la muerte anunciada y los menos chicos ahora por los laberintos de mi general. Estoy seguro de que no falta uno que esté pensando también en los funerales.

Pero, don Gabriel, usted que ya está colocado, y con todo derecho, en su parnaso, usted tiene derecho, como muy bien lo dice, a tener una gran libertad de pensamiento. Pero por otro lado, don Gabriel, somos muchos los que no hemos sido ni estalinistas ni comunistas y también tenemos gran libertad de pensamiento. Desde un intelectual como nuestro Pablo Antonio hasta un pobre e inculto como yo, que tengo que pagar seis francos por ir a conocer la torre (horrible, por cierto) del monte Parnaso de París.

Pero pasando al punto princi-

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pal, usted habla de los demonios que atormentan a Estados Unidos. Yo no puedo estar en desacuerdo con usted, con los cambios de Gorbachov o de Bush o de la órbita elíptica o demoníaca en que estamos colocados.

Aún más, don Gabriel, y sigo de acuerdo con usted en lo de los demonios. Creo que sí tenía ganas, y grandes, Estados Unidos de acabar con Daniel y el sandinismo, sobre todo el anterior a Bush; pero en lo que creo que usted se equivoca de medio a medio es en lo de Nicaragua. No creo que usted se haya empapado de la situación por la que atraviesa Nicaragua para decir que 11 está peor que nunca". Me parece que ése es un cuentecito que le han contado, y que viniendo de un hombre de su talla se aumenta. Sin entrar en los grandes problemas económicos que tienen nuestros países, y, no creados por Violeta, y sin entrar en detalle de que haya más arroz o menos maíz (acuérdese que las cosechas no se pueden obtener por decretos), vale la pena que usted investigue acerca de la libertad de prensa que tenemos.

¿En qué país del mundo la oposición violenta y virulenta a veces ocupa los micrófonos de las emisoras del Estado para atacar?

¿En qué país se ha visto que un ex presidente, Daniel Ortega, se responsabiliza de una asonada y ande por las calles levantando adoquines para hacer barricadas?

-¿En qué país se ha visto que funcionarios del sandinismo se quedaran trabajando con el nuevo Gobierno? ¿Le llama usted a eso debilidad? -

Don Gabriel, el país podría seguir adelante aun sin esos funcionarios; lo que pasa es que ellos son nicaragüenses, son patrióticos y están dando a su país lo mejor que tienen.

¿Se llama debilidad que don Humberto Ortega maneje temporalmente el ejército que él mismo construyó?

¿0 preferiría usted que volviéramos a la triste historia de nuestra América Latina de las revoluciones, los compadrazgos, los palos de gallina, en vez de buscar una solución nueva y tal vez saludable para nuestros pueblos?

Con el debido respeto me despido de usted, don Gabriel, y ojalá que se encuentre un agua bendita o una poción revolucionaria para acabar con los demonios o, por lo menos, para ahuyentarlos-

. Embajador de Nicaragua en Francia.

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