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CONSECUENCIAS ECÓNOMICAS DE LA CRISIS DEL GOLFO

La lucha contra la inflación, objetivo prioritario para la CE

Una estricta política antiinflacionista, que además de medidas fiscales y monetarias incluya una fuerte moderación salarial y que esté coordinada en los 12 países comunitarios, es la medicina que la Comunidad Europea propone para hacer frente al tercer choque del petróleo, iniciado con la invasión de Kuwait y del que aún no se vislumbran las últimas consecuencias. El objetivo, según los expertos de la CE, es evitar la formación de una espiral inflacionista, que frenaría las posibilidades de recuperación económica en la década de los noventa. El próximo año, con o sin políticas, ya está garantizado un duro freno al crecimiento económico, que será especialmente acusado si el barril de petróleo continúa por encima de los 30 dólares.

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La Comisión de la Comunidad Europea ha elaborado un informe -que discutirán hoy los ministros de Economía de los Doce en el Ecofin extraordinario que se celebrará en Roma- en el que analiza los efectos para las economías europeas del shock petrolero que ha abierto la crisis del golfo Pérsico.La Comunidad Europea hace un llamamiento a la coordinación de políticas económicas de los Doce y destaca la importancia de evitar a toda costa una espiral inflacionista. Según el informe, "la respuesta apropiada para afrontar el aumento de los precios del crudo es la adopción de una estricta política antiinflacionista fiscal y monetaria, combinada con una política de moderación de salarios nominales y reales", lo que implica la Comunidad Europea plantea la posible pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

Evitar la espiral

Esta estrategia, prosigue el informe, "es necesaria para evitar que se reavive la mecha de la inflación y para asegurar que el aumento de precios de las importaciones (fundamentalmente de materias primas) no se trasladará integramente a mayores salarios". El objetivo, en última instancia, es evitar la formación de II una espiral de precios y salarios, por sus negativos efectos sobre la inversión, el crecimiento y el nivel de empleo". Con todo, el informe asume que la inflación será, con o sin medidas de moderación salarial, más elevada en los próximos años.

Estas políticas -fiscal, monetaria y de rentas- deben estar coordinadas entre los Doce, ya que la descoordinación llevaría a rápidas y crecientes divergencias en las tasas de crecimiento económico y de inflación, así como en los déficits exteriores de los países comunitarios, que conducirían a una situación de inestabilidad de tipos de cambio y empeorarían la cohesión económica en la CE".

El informe de la Comisión pone un acento mayor en el despunte de la inflación que en el del déficit exterior ya que algunos países europeos, entre los que desde luego no se encuentra España, se enfrentan al actual shock petrolero con un superávit en sus balanzas de pagos.

El freno que impondrá esta crisis al crecimiento económico se notará, según el informe, principalmente el próximo años y será especialmente grave si el barril de petróleo continúa por encima de los 30 dólares en 1991 y no se adopta una política de moderación salarial. Mientras que el crecimiento económico real se resentirá en un punto por término medio si el barril de petróleo vuelve el próximo año al entorno de los 20 o 24 dólares el barril, el recorte será de 1,5 puntos si el precio del barril se mantiene por encima de los 30 dólares. La adopción de medidas de moderación salarial, según el informe, fimarían este efecto negativo en unas tres décimas.

El objetivo de, las estrictas medidas antlinflacionistas es que el freno que sufrirá el crecimiento el próximo año no se traslade a ejercicios posteriores y sea posible, por tanto, una recuperación sin efectos traumáticos.

El empleo será otro de los castigados con este tercer shock. La tasa de desempleo no se reducirá el próximo año tal y como se preveía antes del 2 de agosto. Todo lo contrario, y su aumento será también más acusado con un barril de crudo sistemáticamente por encima de los 30 dólares y sin ninguna medida de contención salarial.

El encarecimiento de la factura del petróleo sólo beneficiará al Reino Unido, que es el único país exportador de crudo en la Comunidad Europea. Esta factura absorbió, el año pasado el 0,9% del producto interior bruto comunitario, pero con el barril a más de 30 dólares la factura se llevará un 1,5% de la producción total de la Comunidad. Este trasvase de renta a los países exportadores reducirá el crecimiento, y aumentará el paro, la inflación y los déficits de las economías importadoras de petróleo.

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