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El archivo histórico de Oñate, prácticamente desintegrado

Los hongos han atacado a documentos de los siglos XV al XIX

La humedad y la polilla carcomen progresivamente los legajos que componen el Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Oñate (Guipúzcoa), el más importante, quizá, de los existentes en el País Vasco. Desde hace años, los hongos atacan indiscriminadamente documentos de los siglos XV al XIX, ante la desesperación e impotencia de historiadores e investigadores y sin que las instituciones hayan intervenido hasta ahora.

El deterioro llega al extremo de que algunos volúmenes corren ahora el riesgo de deshacerse materialmente si se les somete a la mínima manipulación. Manchas de humedad de colores indefinidos convierten en ilegibles numerosos documentos históricos, y volúmenes enteros aparecen acribillados por la tortuosa y laberíntica acción de las polillas, Una situación que también el diputado de Cultura de la Diputación de Guipúzcoa, José Luis Tellería, reconoce como claramente deficiente. "No quiero desmentir la realidad del deterioro del archivo, pero sí indicar que éste es un problema, heredado en el tiempo por el actual equipo de gobierno, ante el que no estamos en absoluto insensibles".El Archivo de Oñate incumple, de hecho, la mayor parte de las normas de la archivología. Su ubicación, al borde del río, en el ala este de la Universidad de Oñate, un hermoso edificio de mediados del siglo XVI, hace que la humedad esté permanentemente presente en las salas que carecen del conveniente aislamiento y, por supuesto, de aire acondicionado. Los aparatos deshumidificadores instalados varios meses atrás funcionan únicamente ocho horas al día, para evitar el riesgo de un incendio, que, a buen seguro, dejaría todo reducido a cenizas en cuestión de minutos. Pese a que los suelos, techos y estanterías son de madera barnizada, los locales repletos de viejos legajos, carecen de un sistema de detección de incendios. El riesgo se conjura, en este caso, con varios extintores, uno por cada sala.

Las calefacciones eléctricas se encuentran desconectadas, atendiendo a los mismos temores, así que no existe un control mínimo de la temperatura, tal y como establecen las normas. La incomunicación de las distintas salas obliga, además, a exponer los documentos a la intemperie, aunque sea bajo techado, y, por tanto, a bruscos cambios de temperatura en invierno, cada vez que se los traslada desde las estanterías a la sala de consulta. Las estanterías tienen, por lo demás, una altura de cuatro metros y medio, en lugar de los dos y medio que aconseja el manual de archívología.

El Archivo Histórico de Protocolos de Oñate dispone de un kilómetro y pico de volúmenes que agrupan los legajos documentados por los escribientes de los partidos judiciales de San Sebastián, Azpeitia y Vergara. Los correspondientes al cuarto partido judicial de la provincia, el de Tolosa, cuentan con un archivo propio, igualmente dependiente de la Diputación de Guipúzcoa, dotado recientemente de aire acondicionado, taller de restauración de papel y modernos sistemas de seguridad. El acondicionamiento del centro de Tolosa, una tarea costosa complicada por la vetustez del edifico, constituye, según Tellería, la prueba de que la actual Diputación se siente comprometida en la tarea de rehabilitación de los archivos. "Hemos mandado becarios a Florencia para que se especialicen en la restauración de papel, y nos proponemos acometer la rehabilitación del archivo de Oñate en cuanto sea posible".

Los fondos documentales de Oñate constituyen un material precioso para los historiadores e investigadores de cualquier otra disciplina. Desde quienes trabajan sobre la presencia de los vascos en América o preparan estudios genealógicos, hasta quienes quieren conocer la composición de los remedios y cataplasmas empleados siglos atrás en el tratamiento de enfermedades.

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