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El OIEA convoca a expertos internacionales para evaluar los efectos de Chernóbil

El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) ha anunciado la creación de una comisión de carácter mundial formada por 100 expertos de organizaciones internacionales, con objeto de evaluar en la Unión Soviética las consecuencias a largo plazo del accidente de la central nuclear de Chernóbil, destruida en 1986. El OIEA desmintió informaciones aparecidas ayer en medios de comunicación austriacos y alemanes según las cuales se está resquebrajando el sarcófago de hormigón que rodea la central accidentada.

Este anuncio precede el inicio, la próxima semana en Viena, de una serie de reuniones para evaluar la seguridad de las centrales nucleares de Europa del Este. En el proyecto del OlEA, equipos internacionales medirán los efectos en la salud y el medio ambiente después del accidente y van a "evaluar las medidas protectoras de las autoridades soviéticas". Los resultados de la investigación serán dados a conocer a finales de este año. Entre las organizaciones participantes están la Comisión de las Comunidades Europeas (CCE), el Organismo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Comité Científico de las Naciones Unidos para los Efectos de Radiación Atómica (UNSCEAR) y la Organización Mundial para la Salud (OMS).Un categórico desmentido del OlEA respondió ayer en Viena a informaciones publicadas en periódicos alemanes y austriacos sobre posibles peligros de radiación a largo plazo en el reactor número 4 de Chernobil, aislado desde abril de 1986 por un sarcófago de hormigón. David Kyd, portavoz del OIEA, había declarado, según estas informaciones, que el techo de hormigón sobre el accidentado, reactor 4 se estaba "resquebrajando" por las altas temperaturas -estimadas en 200 grados centígrados en el interior del reactor- como así también la cubierta del mismo material que lo rodea, construida a toda velocidad en abril de 1986 después de la catástrofe atómica.

Según los medios de comunicación austriacos, un grupo de expertos de la OIEA habían obtenido el permiso hace tres semanas para sobrevolar la zona de Chernobil, en la que no se "detectaron daños externos", pero, según los científicos del organismo hubo "resultados preocupantes". La radiación en un diámetro de 100 a 300 kilómetros fue "más alta que la esperada" y "no mucho mayor en las cercanías del mismo reactor".

Alternativas

La directora adjunta de información pública de la OIEA, Valerie Gillen, declaró que lo, publicado en los periódicos de Alemania Federal y Austria "no corresponde a las declaraciones realizadas por Kyd" y que el OlEA "no ha publicado documentos y no tiene información alguna sobre la permeabilidad en la unidad 4 de Chernobil ni conocimiento de ninguna grieta en el abrigo de hormigón". En un comunicado del mismo organismo se reconoce que científicos soviéticos consideran "la alternativa de métodos a largo plazo para proteger esta unidad". Uno consiste en rellenarla a través de una abertura en el techo con plástico líquido que se solidifique posteriormente, y la otra, construir un bloque de hormigón alrededor del actual.Para coordinar y uniformar las medidas de seguridad de reactores antiguos aún en funcionamiento en Europa central y del este, el OIEA ha organizado una serie de reuniones de expertos que comenzarán el 27 de agosto. La nueva normativa se referirá especialmente a los reactores tipo WWER-440-230, de diseño soviético, distintos del de Chernobil, pero de igual antigüedad. Hay cuatro de este tipo operando en la República Democrática Alemana (RDA), cuatro en Bulgaria, dos en Checoslovaquia y cuatro en la Unión Soviética.

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