Paulino Vicente, el"pintor de Oviedo", enterrado en su ciudad

El pintor Paulino Vicente, fallecido en la tarde del lunes en Oviedo, su ciudad natal, recibió ayer sepultura en la capital asturiana. Vicente, nacido hace 89 años, estaba considerado como el más destacado pintor asturiano vivo y pasaba por ser el "pintor de Oviedo" por excelencia. En su juventud había mantenido sólidas relaciones con la intelectualidad madrileña de los años veinte, cuando conoció a Salvador Dalí, Buñuel, García Lorca, Jorge Guillén, Gerardo Diego y otros, con quienes mantuvo lazos de amistad.Pintor precoz "infatigable", según su propia expresión, en él se descubre la influencia de la escuela paisajística asturiana, pero sobre todo la formación académica que recibe en la Escuela de Bellas de San Fernando, en el Madrid de los años veinte. En esta ciudad coincide, en la Residencia de Estudiantes, con destacados autores de la generación del 27. Posteriormente, becado por la Diputación de Asturias, se trasladó a Italia, donde Vicente tomó contacto con los clásicos y el expresionismo. Refiriéndose a la influencia de otros grandes artistas de su región natal, como Piñole o Evaristo Valle, Paulino Vicente señaló en alguna ocasión que "viendo a Piñole comprendí por vez primera lo que era el paisaje asturiano".

En los años cuarenta hizo incursiones en la escultura y en el muralismo. Vuelto a Asturias, se dedicó por entero a la pintura y también a la enseñanza. Cultivó el paisaje, pero también el retrato y el mural, caracterizándose, según algunos críticos, como un extraordinario dibujante. Por su pincel pasó buena parte de la burguesía ovetense. Para el crítico Francisco Crabifosse, "el regreso de Paulino Vicente [a Oviedo] propició un retorno a sus orígenes artísticos, dejando al margen las conquistas que anunciaba en su etapa madrileña".

Paulino Vicente ha permanecido los últimos años de su vida recluido prácticamente en su casa de Oviedo, aquejado de un cáncer de garganta. En 1988 asistió por última vez a un acto público, con motivo de la última gran exposición de su obra, que se celebró en el teatro Campoamor, de Oviedo.