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RELIGIÓN

La jerarquía de la Iglesia no tiene tentaciones antidemocráticas, según el teólogo Alvarez Bolado

Francesc Valls

La jerarquía de la Iglesia española no tiene tentaciones antidemocráticas, afirma Alfonso Álvarez Bolado, catedrático de Teología Fundamental de la Universidad Pontificia de Comillas y analista del fenómeno nacional católico en España. Álvarez Bolado, que ha participado en un seminario sobre religión y política en El Escorial, dice que durante años el episcopado ha digerido mal la democracia -lo que llama Mispepsia democrática"-, pero ahora eso ya ha pasado a la historia, aunque los óbispos sientan cierta frustración porque creen que su voz no es oída por el poder político.

"Los vínculos de colaboración y de diálogo entre la Iglesia y el Gobierno, aunque no sean del todo satisfactorios, existen", señala el catedrático de Comillas. Los obispos, a juicio del teólogo, se sienten también frustrados porque los medios de comunicación no responden a la religiosidad, católica existente hoy en España. "Hay me dios en los que los temas religiosos son tratados de forma sesgada, y en los que esto no sucede se aprovecha lo religioso para vender otro artículo, porque así meten dosis de una cierta postura social o política más conservadora", señala Álvarez Bolado. "Eso es igualmente frustrante para la jerarquía eclesiástica, ya que se da cuenta del precio ideológico que está pagando para que sus puntos de vista lleguen a los medios de comunicación de masas" matiza.Tradición de diálogo

La historia reciente de España es una de las causas por las que, de acuerdo con la visión del catedrático de Comillas, todavía son frecuentes los tics anticlericales. "La tradición de diálogo abierta por el cardenal Tarancón tendría más capacidad de éxito si el anticlericalismo no fuera tan ostensible también en la Iglesia la forma de las críticas las hace poco audibles, porque son dichas con dosis de agresividad excesivas" asegura el teólogo.

Álvarez Bolado, uno de los mayores expertos en el nacional catolicismo español, asegura que el peligro de la vuelta a un maridaje entre la Iglesia y el poder político no existe en estos momentos. "Dado un cierto desarme moral de la sociedad, dado que el partido que llegó al poder apelando a la ética no apela a la ética sino a las realizaciones y que hay un clima de una cierta corrupción, existe la tentación de que la Iglesia dijera: '¿Veis lo que sucede cuando se abandona la catolicidad, raíz profunda de la España bien hecha?", asegura et teólogo.

Donde sí existe el peligro de consolidación del nacional catolicismo, según el profesor de Comillas, es en aquellas naciones que han estado sometidas a una opresión de la que se han salvado gracias a un nacionalismo intenso ligado a una vivencia religiosa fuerte. "En Polonia esa tentación es verosímil", apunta.

El desmoronamiento precisamente de los sistemas del Este europeo, agrega Álvarez Bolado, propicia análisis simplistas por parte de algunos creyentes, que los llevan a decir que aunque las democracias capitalistas no sean cristianas, son lo más cercano al cristianismo que hay. Eso, a juicio del teólogo, ha propiciado que surjan en el seno de la Iglesia tendencias neoliberales, actualmente en aumento tanto en España como en otros países. "Son quienes creen en las leyes de bronce de la economía, apoyándose en el proyecto económico de la escuela de Chicago, y critican que el Papa hable de justicia social o economía", dice el teólogo. Estos seguidores de los profetas del fin de la historia proceden "de familias creyentes, burguesas en el buen sentido de la palabra, cuyos hijos han crecido y se han educado en semilleros de yuppies", dice el profesor de Comillas, quien, sin embargo, opina que la mayor parte de los católicos no sigue esas sendas y comparte -una profunda preocupación por la justicia social.

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