Veinte teólogos piden al Papa que no declare infalible una encíclica sobre natalidad
Una veintena de teólogos progresistas suizos, alemanes y holandeses, entre ellos Hans Küng y Eduard Schillebeeckx, han suscrito un manifiesto en el que piden a Juan Pablo II que renuncie a realizar una encíclica sobre "cuestiones morales controvertidas" como el control de la natalidad, "que será declarada infalible, en virtud del magisterio papal", según los teólogos, que citan "fuentes bien informadas de Roma".
El documento de los teólogos contestatarios, que lleva por título Por la libertad en la Iglesia, afirma que "una declaración magistral de este tipo [la encíclica papal] agudizaría de una manera catastrófica la polarización en el seno de la Iglesia" y comportaría una "pérdida de credibilidad. eclesiástica". "No resolverá ningún problema, pero creará muchos nuevos", aseguran los firmantes.Por ello hacen tres peticiones: que el Papa renuncie a esta encíclica, "mientras no exista una aclaración precisa de las cuestiones teológicas relacionadas con estos problemas morales; estos problemas deben ser abordados con toda transparencia en el próximo sínodo de obispos que se celebrará en Roma; debe crearse una comisión de especialistas para investigar la cuestión de la infalibilidad en relación con las enseñanzas sobre el control de natalidad".
Los 21 firmantes aseguran actuar "en representación de muchos teólogos que no pueden o no quieren exteriorizar sus opiniones". El documento Por la libertad en la Iglesia sale a la luz pública unas semanas después de que el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, elaborara la instrucción en la que se prohíbe el derecho de los teólogos a disentir "y, en todo caso, a no comunicar su disensión a la opinión pública".
Acusaciones a Ratzinger
La ya llamada Declaración de Tubinga comienza precisamente con acusaciones al documento de Ratzinger, La vocación eclesial del teólogo, de la que dicen que ,les un ataque a la libertad de los teólogos católicos y con ello un ataque a la libertad del pueblo de Dios". "La instrucción es un intento", según los firmantes, "de mediatizar el pluralismo de las enseñanzas teológicas, a través de una prohibición del disenso y una exigencia de obediencia; supeditar la legítima solidaridad de los teólogos católicos a nivel internacional y nacional y de canalizar la opinión pública en el seno de la Iglesia católica y utilizar los medidas de comunicación de masas sólo con el objetivo de la autopresentación y autopromoción de la institución".
Los teólogos progresistas. recuerdan una declaración suscrita en 1968 por el entonces profesor de teología Joseph Ratzinger en la que se pedía el fin de medidas disciplinarias contra los teólogos, sanciones que eran definidas entonces por el cardenal como "formas de inquisición sutil, que impiden el desarrollo de una teología sana y que dañana la credibilidad de las Iglesia".
Entre los firmantes de esta Declaración de Tubinga figuran Hans Küng y Eduard Schillebeeckx, profesores de teología que han tenido problemas con Roma. Al primero de ellos, compañero de cátedra de Ratzinger, le fue suspendida hace unos años la venia docente, por lo que imparte clases en la sección no eclesiástica de la universidad alemana de Tubinga.
Esta es la segunda ocasión en que desde las universidades alemanas se levantan la voz para criticar algunos aspectos de la actuación de Juan Pablo II. La primera fue el año pasado, con motivo de la célebre Declaración de Colonia en la que distintos teólogos criticaban la política de nombramientos de obispos seguida por Roma.
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