Cárcel humana
Me estremecen las imágenes televisivas de los presos amotinados en la cárcel Modelo -paradójico y ofensivo nombre- de Barcelona, enfermos terminales de sida que protestan por la deficiente atención sanitaria que padecen. Es posible que entre los rutilantes proyectos de la Barcelona olímpica ya no quede sitio ni de lejos para pensar en construir una cárcel humana para estos hombres y todos sus compañeros de infortunio. Pero es probable que nuestra democracia tenga los pies de barro mientras sus admínistradores no se ocupen de verdad en remediar situaciones límite como ésta, que son, por otra parte, frecuentes y hasta cotidianas.Si la sensibilidad política no se mide por su atención efectiva a los problemas reales de los más marginados -que lo son en este caso doble y rotundamente: presos y enfermos graves- no ofrece ninguna credibilidad. Algunos de los responsables del problema ya han reconocido públicamente las carencias básicas que existen y han. prometido soluciones, pero ¿tendrán que hacerlo siempre bajo la presión de un motín? Las imágenes que hemos podido ver son aberrantes y desoladoras, indignas de cualquier tiempo pero más propias de otro, no del nuestro, que la televisión nos pinta cada día de rosa, lleno de bienestar y de trivialidad consumista.-
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