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Abril Martorell dice que el paro le quitaba el sueño cuando era vicepresidente

Fernando Abril Martorell asegura que las cifras mensuales del paro le quitaban el sueño cuando era vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos. En una entrevista publicada hoy en la revista Mercado, que cumple su décimo aniversario, afirma que, "desde un punto de vista intelectual, comprendía que no tenía solución, que había que drenar más la economía, había que podar más leña muerta. Pero desde el punto de vista humano, no lo aceptaba; esa discusión era la que mayor sufrimiento me producía. Me preocupaba porque ni yo ni nadie era capaz de resolver el problema".

Durante su mandato como máximo responsable de Economía hizo todo lo que quiso, "y lo que no hice fue porque no quise o porque no lo consideré prudente. Odio a esas personas que dicen: sí a mí me hubiesen dejado... Son personas fracasadas".

Abril Martorell, que fuera vicepresidente económico en el Gobierno de Adolfo Suárez, rompe ahora un largo silencio y analiza la transición española. Se confiesa vacunado contra el poder y afirma que lo más importante fue la transición política, porque consolidó la economía.

Él está convencido de que en el año 1977 se hizo por primera vez un diagnóstico serio de la situación económica heredada y se inició una política fiscal que introdujo una cierta decencia para poder actuar en otros campos. Confiesa que si fuese necesario volvería a aceptar un cargo similar al que tuvo, aunque no ve ninguna cuestión imperiosa que reclame su responsabilidad.

Relación con Solchaga

Respecto a las relaciones entre el Gobierno y los agentes sociales, y como actual responsable empresarial, cree que Carlos Solchaga mantiene una buena relación y comunicación con los empresarios. "Hay que tener en cuenta", añade, "que el empresario no tiene por qué estar tomando copas con el ministro todos los días".En su opinión, "Solchaga no engaña, explica los números". Abril destaca la labor de las centrales sindicales en todo el proceso de la transición y considera que su papel fue bueno, dado que "si después de 10 o 12 años, los sindicatos siguen presentes en la sociedad, es porque realizan una labor positiva".

Su relación con Suárez "no tiene nada que ver" con la del actual presidente del Gobierno y Alfonso Guerra. "Yo creo", afirma, "que Alfonso Guerra manda menos que yo en cuestiones concretas. Tiene una responsabilidad muy grande, sobre todo en aspectos de disciplina. Nuestras situaciones eran muy distintas. Yo mandaba mucho y él influye mucho".

El ex vicepresidente, que, en estos momentos, sobre todo obedece a sus jefes del Banco Central, dice a lo largo de la entrevista que Felipe González, cuando no estaba en el Gobierno "tenía un exceso de teoricismo que le hacía ser poco práctico. Sin embargo, el tiempo hace madurar las actitudes".

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