Caos en Perú en vísperas del traspaso presidencial

La sensación de caos por desabastecimiento de bienes, enloquecidos altibajos en la cotización del dólar y una ola de atentados terroristas se extiende en Perú cuando faltan 24 horas para que reciba los atributos del mando el ingeniero hijo de japoneses Alberto Fujimori, que mañana cumple 52 años y asume la presidencia.

Revistas de aparición trimestral debaten si "¿es ésta la peor crisis en la historia del Perú?". Los peruanos no tienen tiempo para plantearse estas cuestiones. La crisis la palpan y la padecen. Colas de hasta 40 vehículos se forman ante las gasolineras, que se secan o deciden no vender más de 20 litros a los usuarios. El caso de la gasolina resulta sintomático del desastre de la gestión del Gobierno saliente del aprista Alan García y de la herencia que recibe Fujimori. El precio del litro de gasolina normal ayer en Perú era de 5.000 intis (3,50 pesetas a la cotización actual del dólar). Una botella de un litro de agua mineral cuesta 150 pesetas en un hotel de lujo. Por el precio de un litro de agua mineral se compran casi 43 litros de gasolina.El resultado de este despropósito en las tarifas de la gasolina es la descapitalización y pérdidas fabulosas de la empresa estatal Petroperú. Al nuevo Gobierno le caerá encima la tarea de actualizar las tarifas.

Centenares de miles de limeños viven cada día la pesadilla de desplazarse en una ciudad donde se corta cada día la luz, faltan días enteros el agua y desaparecen de repente productos básicos de alimentación.

Los cortes de luz afectan a los semáforos de Lima con los consiguientes embotellamientos de tráfico. Estos días la circulación era caótica, tras haberse cerrado al tráfico una zona del centro de la capital ante las ceremonias de la transmisión de mando presidencial. Para prevenir atentados y evitar a los visitantes extranjeros la presencia palpable de la miseria a las puertas de sus hoteles, las autoridades desalojaron del centro a los habituales vendedores ambulantes, los protagonistas cotidianos de la economía informal, lo que el analista Hernando de Soto bautizó como el otro sendero.

Los terroristas de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionarío Tupac Amaru (MRTA) parecen haber iniciado una competición para ganar la guerra de la propaganda del hecho. Tras la fuga espectacular del penal de Cantogrande en Lima, el pasado 9 de julio, de la plana mayor del MRTA, este grupo parece haber desarrollado una actividad febril. En la madrugada del miércoles, 150 miembros del MRTA, según la versión oficial, y 300, según las periodísticas, atacaron y tomaron la localidad de Yurimaguas, en la región amazónica, abrieron la cárcel, dejaron escapar a los presos y arengaron a la población en la plaza.