La protesta de Fellini contra los cortes en las películas llega al Parlamento italiano

Por primera vez en este país un tema cultural podría hacer caer al Gobierno. Se trata del tema delicado de si una película transmitida por televisión puede ser interrumpida por la publicidad comercial.

El mundo del cine, capitaneado por Federico Fellini, se alzó hace unos meses contra la posibilidad de que una "obra de arte como es una película pueda ser "mortificada y humillada" por las interrupciones publicitarias, alegando que "es inmoral interrumpir una emoción". El Parlamento empieza hoy a debatir la nueva ley sobre la radio y la televisión, en la que fue introducida hace unos meses, durante el primer examen del Senado, una enmienda que prohibe que una película pueda ser interrumpida por un anuncio publicitario.

Pero ahora, en el Parlamento, los diputados favorables a la publicidad que corta las películas en televisión preparan la guerra para echar abajo aquella decisión drástica del Senado. Lo desean sobre todo los socialistas, que han sido siempre los grandes mecenas de Berlusconi.

El presidente democristiano, Giulio Andreotti, está entre la espada y la pared y ve a su Gobierno en vílo por una cuestión cultural, porque no puede enfrentarse con los socialistas, los mayores aliados de su Gabinete. Los socialístas piden a Andreotti que sobre la ley pida un "voto de confianza" al Parlamento. Pero ya De Mita, su adversario político, ha recordado que más de un Gobierno "ha muerto" ante un "voto de confianza".

Declaración

Federico Fellini, sumo sacerdote del cine italiano, para acabar de complicarle las cosas aún más a Andreotti, ha hecho una declaración furibunda y apasionada ante los micrófonos de la RAI, horrorizado de la noticia de que el Gobierno "busca un compromiso a la italiana". Dicho compromiso consistiría en que se pueda interrumpir una película según su duración."Hay que acabar con las interrupciones publicitarias de las películas y se acabó", ha gritado Fellini, con la cara desencajada y el pelo revuelto, y por vez primera sin sus dos amuletos inseparables: su sombrero y su bufanda."No estamos dispuestos", añadió, "a seguir recibiendo bofetadas, insultos y escupitajos en la cara. Nuestra posición como autores de obras de arte es rigidísima". "La enmienda aprobada por el Senado es la única que nosotros podemos aceptar. No es cuestión de discutir un anuncio publicitario más o menos. Se trata de una cuestión ética y moral, de respeto hacia nosotros mismos. Y ¿cómo puede haber respeto por nosotros frente a esa bárbara cochinería que dura desde hace tanto tiempo?".

Ha añadido Fellini que el mundo del cine italiano espera una ley desde hace 25 años y que es falso, "una ficción terrorista", que sin ocho interrupciones por cada película no se cubran gastos. Según los directores de cine, con una sola interrupción en el descando sería suficiente.