La música es la vida

Dos años después de la presentación del El Gran Combo de Puerto Rico en Madrid -20 de julio de 1988-, las cosas han cambiado mucho para la salsa. Entonces, la Muralla Árabe apenas presentaba media entrada. El pasado jueves, el mismo recinto estaba de bote en bote, con las localidades agotadas y la gente escuchando y bailando fuera del recinto. Aunque la salsa nació hace tiempo, como dice la canción, ha llegado a la Península tarde pero con fuerza, y la presencia de grupos como el combo puertorriqueño es una garantía para la normalización de la situación de la música latina en España.El carismático grupo que dirige Rafael lthier desde su fundación en 1962, y que mantiene casi intacta la formación que actuó en Madrid hace dos años -con las únicas incorporaciones de Cruz, Rivera y Santos-, es una maravilla de precisión, energía y naturalidad, una máquina rítmica de enorme variedad tímbrica que desarrolla unos arreglos tremendamente complejos a pesar de su aparente sencillez. La facilidad de lthier para romper con disonancias las armonías consideradas "habituales", proporciona a El Gran Combo de Puerto Rico una riqueza musical que engrandece la música popular y la sitúa en un elevado nivel de libertad creativa, ofreciéndose con una espontaneidad digna de admiración y asombro.

El Gran Combo de Puerto Rico realizó, como siempre, una magnífica actuación que demostró su calidad musical y permitió constatar, una vez más, que la gran enseñanza de la salsa es su funcionalidad, entendida como integración plena en lo cotidiano. Porque para los verdaderos amantes de las cadencias latinas, la música es la vida.