El 90% de los hospitales incumple las recomendaciones sobre residuos peligrosos
Sólo un 10% de los centros hospitalarios madrileños cumple las recomendaciones sobre eliminación de residuos clínicos, según un informe municipal. El Ayuntamiento está revisando la ordenanza para convertir en obligatorio lo que ahora es voluntario e impedir que papeles de las oficinas se mezclen en los contenedores con jeringuillas, vendas, residuos infecciosos, restos de amputaciones o filtros de diálisis.
La ordenanza general de Protección del Medio Ambiente, aprobada en 1985, regula, con carácter voluntario, el tratamiento de los residuos clínicos. Los centros hospitalarios de Madrid producen alrededor de 14,5 toneladas diarias de desechos clínicos, de las que cerca de cinco son contaminantes.La normativa municipal actual recomienda a los hospitales clasificar los desechos en tres grupos: asimilables a urbanos, clínicos y altamente contaminantes y biopeligrosos. Cada uno debe tener un tratamiento específico. Sin embargo, un 90% de los hospitales no realiza esta selección, según un informe de la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid.
En los contenedores de los centros sanitarios se mezclan todo tipo de residuos. Los más corrientes, aquellos "asimilables a los urbanos", proceden de los servicios de hostelería o de la parte administrativa del centro. Por cama y día, un hospital sanitario genera de 2,8 a 3,5 kilos de esta clase de desechos que se depositan en bolsas negras.
Sin embargo, las bolsas negras comparten el cubo de la basura con las verdes, teóricamente destinadas a los residuos clínicos: vendas, jeringas, cuchillas de bisturí, guantes, bolsas de orina, contenedores de sangre, ampollas y envases de medicamentos que, deberían introducirse en cubos especiales y tener en el vertedero un tratamiento diferente.
Residuos biopeligrosos
Peor es la situación de los residuos biopeligrosos, aquellos que proceden de radiología, bacteriología, analítica, laboratorio y quirófanos, y que según la normativa "se presentarán en recipientes estancos y rígidos para evitar el riesgo de derrame".
Un gran centro sanitario genera por día y cama entre 0,2 y 0,5 kilos de residuos peligrosos, que tienen un alto riesgo de contaminación, ya que están formados por muestras de microbiología de pacientes infecciosos, apósitos manchados de sangre, material de un solo uso empleado con pacientes con enfermedades transmitibles o restos orgánicos de cirugía o de anatomía patológica. El Gregorio Marañón (con 625 kilos diarios), La Paz (425), el Doce de Octubre (375), el Gómez Ulla (340) y el Ramón y Cajal (300) son los centros que más residuos peligrosos producen.
El informe reconoce que tampoco el Ayuntamiento está actualmente preparado para el traslado y eliminación de estos residuos. No existe un personal especializado ni una recogida específica de los desechos biocontaminantes, y los hornos incineradores "se suelen estropear más de lo necesario", explica Esperanza Aguirre, concejala de Medio Ambiente.
No obstante, y a la vez que prepara una nueva normativa, el Ayuntamiento está estudiando la adaptación de los hornos a la normativa europea. "La inversión rondará los 1.000 millones, aunque posiblemente creemos un canon para los hospitales con el fin de amortizar la inversión", explica Aguirre. También se creará un servicio especial para recoger los residuos más peligrosos de los centros, que además se verán ya obligados a separar los desechos en tres grupos: asimilables a urbanos, clínicos e infecciosos, y a depositarlos en contenedores especiales.
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