Vanguardia roja
Algún republicano ilustre dijo en julio de 1936 que ellos no podían perder la guerra porque tenían el Banco de España, las mayores ciudades, la escuadra y el apoyo internacional. Pero perdieron.Aún es mucho más difícil comprender el actual cataclismo del sistema soviético que desde hace 70 años controlaba, poseía y cerraba todo, que en nombre de la historia proletaria y para acelerar la revolución no vaciló en destruir docenas de millones de súbditos propios y ajenos. Toda esa gente encerrada eternamente dentro de sus fronteras, ¿de pronto puede salir al recreo porque los más listos hermanitos del partido se han dado cuenta de que hacían cola frente a una ventanilla sin taquillera?
Ya que nadie explica nada sobre este hundimiento de los muros de Berlín-Jericó, atestigüemos ciertas generalidades de este proceso, tan claras como oficialmente inadvertidas:
Neoliberalismo y marxismo son obsolescencias semejantes, dos tipos de ficciones provisionales, arcaicas y burdas, para distraer horizontalmente a las masas de este siglo, distrayéndolas de su esclavitud vertical.
Aunque no sea lo mismo sufrir por consumir, como en Occidente, que dejar todo el sufrimiento en manos del Estado sin necesidad de consumir, la realidad moral es única, y se llama fascismo universal.
Oriente no se aproxima a Occidente, sólo disimula su espera de tiempo muerto, sólo acecha la aparición de una tecnología social más avanzada que le permita volver a confesar sus viejos propósitos.
La Revolución Francesa descubrió la superioridad del muñeco sobre el hombre y basó en esta primacía toda la vida política y social digna de cierto futuro.
El único problema ahora es perfeccionar el muñeco.- Iñaki Desormais.
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