El Canal de Isabel II destroza un robledal
La Agencia del Medio Ambiente (AMA) de la Comunidad de Madrid considera que el Canal de Isabel II se ha propasado talando árboles en unas obras que ejecuta en un robledal de la sierra para instalar un depósito de agua. Se da la circunstancia de que el cargo de presidente del Canal de Isabel II, empresa que ejecuta las obras, y de la AMA lo ostenta la misma persona, el consejero de Presidencia, Agapito Ramos.
Los técnicos de la AMA visitaron el pasado miércoles las polémicas obras de construcción de un depósito de agua del Canal de Isabel II que se ejecutan en un monte de robledales del municipio de Lozoya. En el informe redactado tras la inspección se afirma que se han derribado más árboles de lo necesario, los caminos abiertos son más anchos "de lo imprescindible" y se han realizado más trazas de las necesarias.En concreto, según el informe, las obras han incumplido la condición de que las tuberías -que comunican el depósito con el embalse de la Pinilla- fueran por los caminos abiertos para los accesos y no se realizara en un trazado independiente. La empresa encargada de los trabajos ha abierto en el robledal dos trazas, con la consiguiente tala de árboles, una para los caminos de acceso y otra para las tuberías. Según el informe, se podría "haber reducido el número de robles abatidos si ambas trazas hubieran sido coincidentes.
Los trabajos del Canal fueron calificados por el grupo ecologista Aedenat como "desastre ecológico". El grupo parlamentario regional del CDS amenazó con denunciar a Luis Maestre, director de la AMA, por delito ecológico, dado los árboles dañados en una obra autorizada por la agencia. Los robles tienen unos tres metros de altura y diez centímetros de diámetro.
Dejar igual que antes
La AMA afirma que las obras se autorizaron con varias condiciones. Además de la incumplida de no duplicar los caminos de accesos, la agencia exigió "reponer la vegetación arbórea con las mismas especies que se retiraran, así como el suelo vegetal que se hubiera desplazado" y que las edificaciones "quedaran ocultas mediante pantallas vegetales".El informe recuerda -"al objeto de encontrar una explicación a la polémica que han suscitado [las obras]"- que desde el punto estético y ambiental los trabajos están "en su situación más desfavorable", dado que hay zanjas abiertas y terraplenes sin vegetación".
Como conclusión, el informe añade otras dos recomendaciones. "Que la anchura final del camino se reduzca al mínimo imprescindible" y que se busque el asesoramiento de la AMA para "conseguir la regeneración de los terrenos".
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