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CUMBRE ALIADA OCCIDENTAL

La OTAN invitará a Gorbachov a un próximo Consejo Atlántico

ENVIADOS ESPECIALES Los 16 jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN coincidieron ayer en la necesidad de dar una clara señal de aliento al presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, al que invitarán a asistir a un Consejo Atlántico que, probablemente, se transformaría en una nueva cumbre aliada. La invitación se haría extensiva a los demás líderes de Europa oriental.

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Gorbachov, invitado especial

Las ideas del presidente de EE UU, George Bush, sobre el papel que Europa puede desempeñar en su propia defensa provocaron, en cambio, reacciones discrepantes entre algunos líderes europeos, como el francés François Mitterrand, el español Felipe González y el belga Wilfried Martens. El comunicado final de la reunión recogerá hoy, en parte, el punto de vista de este trío. Reunidos desde ayer en el palacio londinense de Lancaster House, los 16 líderes centraron sus debates en la carta de Bush en la que propone a sus socios formular una declaración de no agresión dirigida al Pacto de Varsovia, acreditar ante la OTAN a oficiales de enlace del Este, echar mano del arma nuclear sólo como último recurso, renunciar a la defensa avanzada y a la consiguiente concentración de fuerzas en la frontera oriental de la Alianza, desmantelar la artillería nuclear y fijar, por último, los objetivos de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE).Bush expuso de nuevo estas ideas, sugirió invitar a Gorbachov y confirmó también que para que los países ex socialistas se sientan más insertados en la nueva Europa sería conveniente que las sedes de las nuevas instituciones se instalen en capitales del Este.

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Lluvia de críticas a Bush en la cumbre de la OTAN

Viene de la primera páginaLa propuesta formulada en la cumbre de la OTAN por el presidente norteamericano, George Bush, señala a Praga como posible sede de la secretaría permanente de la CSCE; a Budapest, de la comisión de vigilancia de los procesos electorales; y a Berlín o Varsovia como el centro de prevención de crisis.

Ante estas ofertas, se produjo un abanico de reacciones que, según el portavoz de una importante delegación, van desde el conservadurismo de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, hasta, en el otro extremo, el presidente español, que se preguntó públicamente si era suficiente la propuesta de Bush y, aunque con matices, dio a continuación a entender que no lo era.

La guerra fría ha acabado, pero ello no obsta para que haya que seguir siendo prudentes, dijo, en sustancia, la dama de hierro antes de subrayar que no convenía hipotecar el futuro, y llegó a expresar el temor de que el uso del arma nuclear como último recurso pueda socavar la disuasión.

El canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl, apareció en su intervención más preocupado por apaciguar los temores que suscita la unificación de su país entre sus aliados atlánticos y sus vecinos orientales que por el debate de ayer. "Hemos aprendido las lecciones de la historia", dijo; "de ahí nuestro inequívoco rechazo del nacionalismo o de un enfoque separado". "Nuestro objetivo es una Europa unida y libre, a la que vosotros pertenecéis", afirmó dirigiéndose a los países ex satélites.

Entre los más críticos de la misiva de Bush figuran el presidente Mitterrand, que, tras señalar que la modificación de la estrategia nuclear "no nos concierne directamente", lamentó que el presidente de EE UU se olvidase de mencionar a la Comunidad Europea (CE). "Estimo sabio y útil para el porvenir que los europeos se preparen en el seno de la Alianza a desempeñar un papel más relevante para su propia defensa".

También arremetió contra Bush por su empeño de diseñar en una cumbre de los 16 miembros de la OTAN los objetivos y la estructura de la CSCE, en la que participan 35 países. "Creo prudente a este respecto", enfátizó Mitterrand, "no prejuzgar los resultados y dejar que se desarrolle normalmente el proceso previsto con el conjunto de países que integran la Conferencia"

Postura de España

González abundó en el mismo sentido. "La previsible reducción de la presencia militar ( ... ) de EE UU y de Canadá en Europa y nuestra propia vocación europea nos imponen a los europeos la tarea de fortalecer el pilar de una Alianza renovada a este lado del Atlántico". "En este escenario, la CE le corresponde un papel decisivo, dotándose de una política exterior y de seguridad común, constituyéndose en interlocutor privilegiado, en todos los terrenos, de los aliados de América del Norte".

El jefe del Gobierno español hizo también hincapié en la necesidad de "reflexionar" sobre la "vigencia" y la "compatibilidad" con la actual situación de las estructuras de la OTAN, creadas después de 1949, cuando fue suscrito el Tratado de Washington, que sólo preveía una institución, el Consejo Atlántico. Varios diplomáticos occidentales interpretaron la frase como una alusión al carácter obsoleto de la estructura militar de la OTAN, con tanta mayor razón que González había recalcado poco antes la necesidad de adaptar las estructuras defensivas.

En círculos aliados ha sorprendido esta observación, porque España no pertenece a la estructura militar y es, por tanto, uno de los países menos indicados para proponer una reflexión sobre su transformación.

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